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martes, 2 de julio de 2013

“La anexión a EE UU convertiría a Puerto Rico en un gueto”

Alejandro García Padilla ha devuelto a la tercera vía puertorriqueña al poder. Ni anexión a los Estados Unidos, ni independencia. El líder del Partido Popular Democrático aboga por mantener el Estado Libre Asociado (ELA), vigente desde 1952, porque económicamente permite al país “combinar los requisitos de calidad del mayor mercado del mundo con una fiscalidad que ningún estado de la unión puede ofrecer” y porque política, social y culturalmente “Puerto Rico es una nación”. García Padilla derrotó contra pronóstico el pasado 6 de noviembre al entonces gobernador Luís Fortuño, partidario de la anexión, por un estrecho margen del 0,6%. En una isla perennemente dividida en torno a su relación con la primera economía mundial, el gobernador llama a “superar las diferencias y a concentrar esfuerzos en aquello que une a los puertorriqueños”.
La visita a España del dirigente trata de ser una respuesta a la difícil situación económica del país. Con una deuda pública del 66% del PIB, un paro del 13,4% y una recesión del 2% en 2012, García Padilla busca atraer la inversión de los empresarios españoles del sector farmacéutico, que emplea a 35.000 personas en Puerto Rico y supone el 46% del PIB, presentando a la isla como “la puerta de entrada natural a las américas, el lugar de unión de la américa latina y la anglosajona”.
Pregunta. ¿Cuál es el mensaje que quiere transmitir a los inversores y multinacionales españolas? ¿Qué les ofrece Puerto Rico?
Respuesta. Queremos que en España vean a Puerto Rico como su puerta de entrada al continente. Puerto Rico es el lugar de unión de las dos américas, la latina y la anglosajona. Somos uno de los tres principales destinos del mundo en la producción de productos farmacéuticos y equipamiento médico. Al estar bajo la jurisdicción de EE UU pero no ser miembro de la unión combinamos los requisitos de calidad de la mayor economía del mundo y nuestra ventaja competitiva, una fiscalidad que ningún territorio estadounidense puede ofrecer.
P. La situación fiscal de la isla es complicada. Según el Banco Gubernamental de Fomento puertorriqueño la deuda pública ha pasado del 46% del PIB en 2008 al 66% en 2012. ¿El Gobierno se plantea aumentar la cotización de las empresas que operan en el país y atenuar el sistema de ventajas fiscales?
R. No, al contrario, estamos acentuándolo, porque para reducir nuestra deuda necesitamos crear empleo y expandir la base tributaria del país. Es la mejor estrategia para reducir la dependencia y aumentar la producción. En la manufactura farmacéutica nos jugamos el 50% del PIB.
P. Cuando usted llegó al poder el pasado enero la economía reunía unos altos niveles de desempleo y problemas para mantener a raya tanto la deuda como el déficit público. Además, la agencia de calificación Moody´s rebajó la calificación de la deuda nacional en diciembre y la situó tan solo un escalón por encima del bono basura. ¿Qué medidas ha tomado su administración para corregir estas cifras?
R. Al llegar al poder nos encontramos con un déficit de 2.200 millones de dólares, la entidad pública de carreteras tenía un déficit con el banco público de más de 2.000 millones, el sistema de pensiones ingresaba seis centavos por cada dólar que pagaba. En menos de seis meses hemos abordado estos tres problemas. El desempleo ha bajado desde enero del 14,6 al 13,4% y ha subido la tasa de participación laboral.
P. En su discurso de toma de posesión usted señaló que la educación es un factor esencial para mejorar la competitividad de la economía y un instrumento imprescindible para reducir la desigualdad.
R. El Gobierno anterior había impuesto cuotas a los estudiantes, lo que nos pareció una locura, ya las hemos eliminado. Hemos aprobado que los exámenes de acceso a la universidad sean gratuitos para los estudiantes del sistema público de escuelas. Vamos a iniciar un programa en el que la universidad pública sale a buscar a los alumnos de la educación estatal y no espera a que los estudiantes soliciten su admisión, de este modo vamos a aumentar el número de egresados de escuelas públicas que tienen estudios universitarios.
P. El acceso universal a la sanidad también estuvo entre sus prioridades a la hora de tomar el poder. ¿Qué problemas ha identificado en el sistema?
R. Lo que nos hemos encontrado es que el 5% de los pacientes consumían el 50% de los recursos del sistema público de salud, porque eran enfermos crónicos cuyas dolencias, al no tener acceso a un buen programa de prevención, se convertían en muy graves. Necesitamos crear un sistema que provea de tratamientos preventivos a nuestra población.
P. Más allá del modelo social de cada corriente ideológica, la gran línea divisoria en la vida política puertorriqueña es la relación con EE UU. ¿Su administración plantea alguna novedad al respecto?
R. Yo soy partidario de ampliar el Estado Libre Asociado (ELA). Cada vez que se le ha preguntado a los puertorriqueños entre el ELA, la anexión o la independencia, siempre ha ganado el primero, es una relación de ciudadanía y de afecto con EE UU. La anexión representaría la destrucción de la economía nacional. Puerto Rico se convertiría en un gueto. No podríamos competir, perderíamos nuestras ventajas competitivas en materia fiscal y tendríamos que pagar miles de millones de dólares en impuestos federales, además del menoscabo absoluto de la nacionalidad puertorriqueña. No somos Iowa o Massachusetts, Puerto Rico es una nación. En el otro extremo, la independencia ha sido rechazada ampliamente en cada referéndum. Sin embargo, creo que en toda consulta al pueblo tienen que estar las tres opciones.
P. Su victoria en noviembre fue muy ajustada, apenas un 0,6% por encima de su predecesor, Luís Fortuño. ¿Ha tenido en cuenta esta polarización a la hora de llevar a cabo sus proyectos?
R. Partimos de que hay diferentes corrientes en el país, pero hay que separar el grano de la paja. Tenemos que superar las diferencias y concentrar esfuerzos en aquello que une a los puertorriqueños. Hay que crear empleo, hay que mejorar la seguridad... He llamado a personas de otros partidos a formar parte de mi Gobierno, pero el liderato anexionista no ha estado a la altura de las circunstancias.
P. ¿Por qué?
R. Porque anteponen el poder al bienestar de la gente. Para ellos el poder es un fin en sí mismo. Nosotros entendemos que la relación con EE UU y la administración del Gobierno tienen que estar sometidas al bienestar de la gente.
EL PAIS