El criminólogo, Javier Gorriño, explicó que el sicariato “no es una práctica novedosa en Venezuela”, por que según dijo ha ocurrido desde los años 80 y 90; época en la que sucedía con mayor frecuencia en las zonas fronterizas, especialmente en el occidente del país, “donde eran asesinados principalmente ganaderos y productores”. Aseguró que en la actualidad, esta actividad “ de pagar por matar” se ha esparcido por las principales ciudades del territorio nacional. Expresó que el ambiente violento en el país, podría generar “que se pierda el valor de la vida”; por lo tanto, los que cometen este delito no están consciente de la perdida humana que realizan, “porque el entorno social demuestra desinterés ante el número de asesinatos a diario”. Agregó que los delincuentes incluso arriesgan su vida en este acto, sin importarles su integridad.
Consideró que los jóvenes ante la necesidad de dinero, podrían ser los principales autores de esta práctica. Aunque señaló que estos sicarios podrían provenir de sectores populares, destacó que “no se debe discriminar a todos, ya que en estos lugares también existen jóvenes alejados de vicios”.
Gorriño explicó que dentro de este mundo, cada sicario pretende adquirir liderazgo dentro de “el cartel” y este se obtiene a través del número de muertos y personalidades destacadas a quien asesine “para hacerse respetar por los homicidios”.
Se refirió al proceso en el que el joven comienza a desviarse con robos a personas, luego masivos, hasta llegar al sicariato. Aseguró que por lo general, “el que entra en este mundo antes ha estado vinculado con el delito”. Dijo que durante la época de la escolaridad, es cuando comienza la desviación y es cuando se debe atacar a través de actividades de entretenimiento.
