Decenas de miles de personas llegaron este sábado por la mañana a Varsovia para participar en una manifestación contra el impopular y frágil gobierno de centroderecha del liberal Donald Tusk.
"Queremos la dimisión de Donald Tusk. Es la única forma de cambiar la política social en Polonia", declaró Marek Lewandowski, portavoz de Solidaridad, uno de los tres sindicatos que organizan la manifestación.
"Queremos jubilaciones a la edad de 65 años y no a la de 67 como prevé la reforma elaborada por este gobierno, queremos una política social mejor y garantías para los asalariados", dijo.
Cientos de autobuses que transportaban a los manifestantes llegaron a Varsovia desde primeras horas de la mañana. Venían sobre todo de Silesia (sur), con mineros y obreros de la siderurgia, y de Gdansk (norte), bastión de Solidaridad, con trabajadores de los astilleros.
"Seremos unos 100.000 manifestantes", precisó Lewandowski.
La manifestación de este sábado es la última de cuatro días de protestas en Varsovia.
Los sindicatos reclaman que se baje la edad de jubilación y se suba el salario mínimo. También denuncian la precariedad laboral y una ley reciente que autoriza ampliar el tiempo de trabajo, además de acusar al jefe del gobierno, en el poder desde 2007, de hacer oídos sordos a sus reivindicaciones.
En septiembre de 2012, unas 40.000 personas ya se manifestaron en Varsovia contra la política gubernamental.
Polonia, con 38 millones de habitantes, peso pesado económico de Europa central, vivió un periodo de crecimiento económico continuo desde la caída del comunismo hace 20 años, pero en el primer trimestre de este año rozó la recesión. En el segundo trimestre el PIB polaco subió 0,4% comparado con los tres meses anteriores.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el crecimiento de la economía polaca podría alcanzar 1,2% este año y +2,2% en 2014.
En el 2012, el PIB de Polonia creció un 1,9% y en el 2011, un 4,5%.
El jefe del gobierno es el principal blanco de los ataques de los sindicalistas. El viernes, los manifestantes instalaron una estatua en tamaño real de Donald Tusk, pintada en oro, ironizando con las promesas incumplidas por el jefe del gobierno.
En los sondeos, la ventaja de que gozaba el partido de Tusk, la Plataforma Cívica (PO), sobre su principal rival, el partido conservador Derecho y Justicia (PiS) de Jaroslaw Kaczynski, se esfumó. Actualmente las encuestas conceden a PO entre 21% y 25% de las intenciones de voto y al PiS entre el 23% y 34%.
Además, la PO perdió algunas elecciones locales parciales, en provecho del PiS, y la próxima batalla se librará en Varsovia el 13 de octubre en un referéndum para una salida anticipada de la alcaldesa liberal de la capital Hana Gronkiewicz-Waltz.
En el Parlamento, la coalición gubernamental compuesta por los liberales y el Partido Campesino Polaco (PSL) se ha quedado con una mayoría frágil.
Tres diputados que representan el ala derecha de los liberales, entre ellos el ex ministro de Justicia Jaroslaw Gowin, se salieron del partido acusándolo de haber traicionado sus ideales y de haberse alejado de las necesidades de la población.
La coalición en el poder no dispone más que de 232 votos, es decir uno más que la mayoría absoluta.
Tusk no descarta convocar a elecciones anticipadas. Si el gobierno pierde la mayoría, "las elecciones anticipadas representan por supuesto una alternativa, porque un gobierno minoritario durante dos años es lo último que hay que desearle a Polonia", declaró el martes. AFP
"Queremos la dimisión de Donald Tusk. Es la única forma de cambiar la política social en Polonia", declaró Marek Lewandowski, portavoz de Solidaridad, uno de los tres sindicatos que organizan la manifestación.
"Queremos jubilaciones a la edad de 65 años y no a la de 67 como prevé la reforma elaborada por este gobierno, queremos una política social mejor y garantías para los asalariados", dijo.
Cientos de autobuses que transportaban a los manifestantes llegaron a Varsovia desde primeras horas de la mañana. Venían sobre todo de Silesia (sur), con mineros y obreros de la siderurgia, y de Gdansk (norte), bastión de Solidaridad, con trabajadores de los astilleros.
"Seremos unos 100.000 manifestantes", precisó Lewandowski.
La manifestación de este sábado es la última de cuatro días de protestas en Varsovia.
Los sindicatos reclaman que se baje la edad de jubilación y se suba el salario mínimo. También denuncian la precariedad laboral y una ley reciente que autoriza ampliar el tiempo de trabajo, además de acusar al jefe del gobierno, en el poder desde 2007, de hacer oídos sordos a sus reivindicaciones.
En septiembre de 2012, unas 40.000 personas ya se manifestaron en Varsovia contra la política gubernamental.
Polonia, con 38 millones de habitantes, peso pesado económico de Europa central, vivió un periodo de crecimiento económico continuo desde la caída del comunismo hace 20 años, pero en el primer trimestre de este año rozó la recesión. En el segundo trimestre el PIB polaco subió 0,4% comparado con los tres meses anteriores.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el crecimiento de la economía polaca podría alcanzar 1,2% este año y +2,2% en 2014.
En el 2012, el PIB de Polonia creció un 1,9% y en el 2011, un 4,5%.
El jefe del gobierno es el principal blanco de los ataques de los sindicalistas. El viernes, los manifestantes instalaron una estatua en tamaño real de Donald Tusk, pintada en oro, ironizando con las promesas incumplidas por el jefe del gobierno.
En los sondeos, la ventaja de que gozaba el partido de Tusk, la Plataforma Cívica (PO), sobre su principal rival, el partido conservador Derecho y Justicia (PiS) de Jaroslaw Kaczynski, se esfumó. Actualmente las encuestas conceden a PO entre 21% y 25% de las intenciones de voto y al PiS entre el 23% y 34%.
Además, la PO perdió algunas elecciones locales parciales, en provecho del PiS, y la próxima batalla se librará en Varsovia el 13 de octubre en un referéndum para una salida anticipada de la alcaldesa liberal de la capital Hana Gronkiewicz-Waltz.
En el Parlamento, la coalición gubernamental compuesta por los liberales y el Partido Campesino Polaco (PSL) se ha quedado con una mayoría frágil.
Tres diputados que representan el ala derecha de los liberales, entre ellos el ex ministro de Justicia Jaroslaw Gowin, se salieron del partido acusándolo de haber traicionado sus ideales y de haberse alejado de las necesidades de la población.
La coalición en el poder no dispone más que de 232 votos, es decir uno más que la mayoría absoluta.
Tusk no descarta convocar a elecciones anticipadas. Si el gobierno pierde la mayoría, "las elecciones anticipadas representan por supuesto una alternativa, porque un gobierno minoritario durante dos años es lo último que hay que desearle a Polonia", declaró el martes. AFP