Los dos estudiantes heridos de gravedad en una escuela de Roswell (Nuevo México, EE.UU.) fueron atacados a tiros por otro alumno del centro, de 12 años, actualmente bajo arresto policial, confirmaron hoy las autoridades locales y estatales en rueda de prensa.
Las investigaciones apuntan a que el autor de los disparos sacó un arma "probablemente de una mochila", según el jefe policial de la zona, Pete Kassetas, y disparó contra un estudiante de 12 años y una alumna de 13.
Los hechos, que duraron tan solo "diez segundos", se produjeron a las 7.30 horas de la mañana de este martes, antes de empezar la primera clase del día, cuando por razones meteorológicas los alumnos esperaban en el gimnasio el inicio de la jornada.
En esos diez segundos, el menor, de 12 años y estudiante de séptimo grado, habría sacado el arma, hecho un par de disparos, mientras que un trabajador del centro se acercó a él, le ordenó que bajara el arma y le hizo caso.
Además, coincidió que uno de los padres que estaba dejando a sus hijos en la escuela era un teniente de la policía estatal, por lo que la detención se produjo rápidamente.
Según las autoridades, el estudiante de 12 años (no 14 como se dijo inicialmente) es el que se encuentra en peor estado, "en estado crítico", tras ser disparado "cerca del ojo", detallaron varios estudiantes del centro a los medios.
Los médicos están operando al chico y la niña está ingresada herida de gravedad.
Los dos menores del centro Berrendo Middle School heridos de gravedad fueron trasladados de emergencia y por aire al hospital universitario de Lubbock (Texas).
Hay un tercer herido, de menor gravedad, sin hospitalización y sin haber recibido ninguna bala, que es trabajador del centro escolar.
"Se quedó ayudando en el centro", declaró la gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez, durante una rueda de prensa.
Martínez pidió que "todos los neomexicanos tengan a estos dos niños en sus rezos, dos niños que tan solo estaban sentados esperando para entrar en clase".
En los primeros minutos, durante el bloqueo de los accesos a la escuela, los profesores apagaron las luces y mandaron a los alumnos esconderse bajo las mesas y rezar.
Las autoridades comunicaron a las familias que no se dirigieran a la escuela, sino a un centro comercial de la zona, que se convirtió en punto de encuentro entre los padres y los alumnos, que fueron llegando en autobuses una vez desalojado el centro.
La presidenta de la Federación Estadounidense de Maestros en Nuevo México, Stephanie Ly, destacó en un comunicado que "las armas no tienen lugar en las escuelas, que deberían ser santuarios" para los jóvenes.
"Debemos seguir haciendo todo lo posible, incluyendo el trabajo para adoptar leyes de sentido común sobre las armas, para mantenerlas fuera del recinto escolar y garantizar la seguridad de los niños y los empleados del centro", añadió.
El tiroteo en Nuevo México se produjo un mes después de que, en una escuela secundaria del vecino estado de Colorado, un alumno disparara contra una compañera, luego se suicidara y la estudiante herida muriera al cabo de unos días.
El municipio de Roswell, quinta ciudad más poblada del estado y situada a 340 kilómetros de la frontera con México, es sede de uno de los cinco institutos militares juveniles de EE.UU, financiado con fondos estatales.
EFE