El presidente de la República, Nicolás Maduro, desde el Palacio de Miraflores encabezó la reunión del Consejo de Vicepresidentes y el buró político del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y desde allí aseguró que los trabajadores del país cuentan con el respaldo del Gobierno nacional.
“No dejaremos abandonado a ningún trabajador de este país”, precisó Maduro, tras el cierre de operaciones de la empresa Clorox.El Jefe de Estado lanzó una advertencia a los empresarios: “Empresa abandonada, empresa tomada por la clase obrera con el apoyo del Gobierno revolucionario. Que lo sepa quienes no lo saben y los que los saben, también lo asuman”.
Indicó que la guerra económica que hay contra el país se está “derrotando”. Sin embargo, alertó que como parte de esta guerra se están “reacomodando” los mecanismos de contrabando interno y de extracción y que ahora buscan una “guerra financiera internacional”.
Denunció que en esta nueva fase “comienzan los capitalistas a tirar la toalla (…) Ya la tiró una empresa llamada Clorox”, denunció Maduro.
“Atenta toda la clase obrera frente a esta locura”, solicitó.
Al respecto, Maduro recordó que los propietarios de esta empresa son estadounidenses y “abandonaron el país”, según los documentos legales “de las distintas instancias gubernamentales y judiciales. El abandono a sus funciones y sus responsabilidades legales y constitucionales”.
El Mandatario nacional recordó: “Inmediatamente llegamos y ahí está la empresa Clorox produciendo, trabajando y le vamos a meter todo el apoyo en recursos financieros, logísticos y legales, administrativos y gerenciales para que esa empresa (Clorox) continúe sus funciones y si es necesario que se expanda en su capacidad productiva”.
El Gobierno de Venezuela informó el sábado pasado de la ocupación “temporal” de las instalaciones de la fabricante estadounidense de productos de limpieza Clorox y de la reanudación de la producción una vez que esta puso fin de sus actividades por “restricciones operativas”.
The Clorox Company informó el mismo lunes en su sede en Oakland (California, EE.UU.) que abandonaba Venezuela por las “restricciones operativas” impuestas por el Gobierno de Maduro, la “incertidumbre económica” y las “interrupciones de suministros” en el país.
En una nota informativa, la compañía estadounidense aseguró que durante casi tres años se vio obligada a vender más de dos tercios de sus productos a precios congelados por el Gobierno, lo que provocó “grandes incrementos en los costos de producción” y “constantes pérdidas operativas”.
