Más de la mitad de los animales salvajes que existían en la Tierra hace 40 años ha desaparecido, y la mayoría de estas pérdidas ha ocurrido en las áreas tropicales de Latinoamérica, según el último informe "Planeta Vivo" del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Bajo el título "Especies y Espacios, Personas y Lugares", el informe -la décima edición de este estudio bienal- recoge las investigaciones realizadas sobre el destino de 10.000 especies de vertebrados de 1970 a 2010.
Las especies están clasificadas en el Índice Planeta Vivo, un registro mantenido por la Sociedad Zoológica de Londres.
Asimismo, el informe mide la huella ecológica de la humanidad en el Planeta elaborada por la Global Footprint Network.
La principal conclusión del estudio es que las poblaciones de peces, aves, mamíferos, anfibios y reptiles ha decaído en un 52 por ciento desde 1970.
Las especies de agua dulce han sufrido un declive del 76 por ciento, en una pérdida que dobla las padecidas por especies marinas y terrestres.
La mayoría de las pérdidas globales proviene de las regiones tropicales de América Latina.
El Índice Planeta Vivo para la región neotropical -que coincide con el territorio de Latinoamérica- muestra un dramático y continuo declive de las poblaciones de fauna salvaje, con una pérdida media del 83 por ciento de las especies desde 1970.
"Esta es la caída regional más profunda, y destaca la intensa presión a la que están sometidas las especies tropicales de América Latina", señaló a Efe Richard McLellan.
El experto del Fondo explicó este declive por una serie de razones, que incluyen "las amenazas típicas", como la explotación de las especies, la degradación de la tierra y el agua, la pérdida de hábitats y el cambio climático.
Unos factores que, sin embargo, en el informe de este año se ven acentuados porque se han mejorado los sistemas de recolección de datos y porque se ha obtenido más y mejor información procedente de América Latina.
"Dicho esto, hay que dejar claro que el principal factor es la presión en el ecosistema llevada a cabo por la acción humana", afirmó en rueda de prensa Marco Lambertini, director general de WWF.
Lambertini señaló, además, que hasta hace pocas décadas, el territorio latinoamericano estaba casi virgen con respecto a otras áreas tropicales del mundo, que habían sido explotadas intensamente desde hacía mucho más tiempo.
"El hecho de que estuvieron menos afectadas ha provocado que cuando se ha hecho presión sobre ellas las consecuencias han sido mucho más notorias, y el declive de las especies es más intenso que en otras áreas donde la explotación ha sido más sostenida en el tiempo", agregó Lambertini.
De hecho, en general en toda la Tierra, el mayor peligro para la fauna es la degradación y la pérdida del hábitat natural de los animales causada por la acción humana.
La pesca y la caza son amenazas "significativas", señala el informe, mientras que el cambio climático se ha convertido en "crecientemente preocupante", con las primeras constataciones de que "el cambio climático es ya responsable de la extinción de algunas especies".
Por otra parte, el informe destaca que lo que la humanidad demanda al Planeta es más del doble de lo que la naturaleza puede renovar.
"Estamos cortando madera más rápido de lo que los árboles pueden crecer, usando agua dulce más rápido de lo que los acuíferos subterráneos se llenan, y lanzando CO2 a la atmósfera más rápido de lo que se puede absorber".
De hecho, se calcula que haría falta una Tierra y media para producir los recursos necesarios para equilibrar la huella ecológica de la humanidad.
El informe también destaca que la huella ecológica es cinco veces mayor en los países desarrollados que en las naciones en desarrollo, y recuerdan que se ha demostrado que se pueden elevar los niveles de vida de la población y restringir al mismo tiempo la explotación de los recursos naturales.
Los diez países con una mayor huella ecológica son Kuwait; Catar; Emiratos Árabes Unidos; Dinamarca; Bélgica; Trinidad y Tobago; Singapur; Estados Unidos; Bahrein y Suecia.
Ante esta situación, Lambertini dijo que la única solución pasa por "consumir y producir de forma más sostenible", y fijarse no sólo el lado conservacionista sino también "las oportunidades económicas" de un desarrollo distinto.
"La biodiversidad es una parte crucial de nuestro sistema de vida en la Tierra, y el barómetro de lo que hacemos a este Planeta, el único hogar que tenemos. Necesitamos urgentemente una acción global de todos los sectores de la sociedad para construir un futuro más sostenible", concluyó Lambertini.
Bajo el título "Especies y Espacios, Personas y Lugares", el informe -la décima edición de este estudio bienal- recoge las investigaciones realizadas sobre el destino de 10.000 especies de vertebrados de 1970 a 2010.
Las especies están clasificadas en el Índice Planeta Vivo, un registro mantenido por la Sociedad Zoológica de Londres.
Asimismo, el informe mide la huella ecológica de la humanidad en el Planeta elaborada por la Global Footprint Network.
La principal conclusión del estudio es que las poblaciones de peces, aves, mamíferos, anfibios y reptiles ha decaído en un 52 por ciento desde 1970.
Las especies de agua dulce han sufrido un declive del 76 por ciento, en una pérdida que dobla las padecidas por especies marinas y terrestres.
La mayoría de las pérdidas globales proviene de las regiones tropicales de América Latina.
El Índice Planeta Vivo para la región neotropical -que coincide con el territorio de Latinoamérica- muestra un dramático y continuo declive de las poblaciones de fauna salvaje, con una pérdida media del 83 por ciento de las especies desde 1970.
"Esta es la caída regional más profunda, y destaca la intensa presión a la que están sometidas las especies tropicales de América Latina", señaló a Efe Richard McLellan.
El experto del Fondo explicó este declive por una serie de razones, que incluyen "las amenazas típicas", como la explotación de las especies, la degradación de la tierra y el agua, la pérdida de hábitats y el cambio climático.
Unos factores que, sin embargo, en el informe de este año se ven acentuados porque se han mejorado los sistemas de recolección de datos y porque se ha obtenido más y mejor información procedente de América Latina.
"Dicho esto, hay que dejar claro que el principal factor es la presión en el ecosistema llevada a cabo por la acción humana", afirmó en rueda de prensa Marco Lambertini, director general de WWF.
Lambertini señaló, además, que hasta hace pocas décadas, el territorio latinoamericano estaba casi virgen con respecto a otras áreas tropicales del mundo, que habían sido explotadas intensamente desde hacía mucho más tiempo.
"El hecho de que estuvieron menos afectadas ha provocado que cuando se ha hecho presión sobre ellas las consecuencias han sido mucho más notorias, y el declive de las especies es más intenso que en otras áreas donde la explotación ha sido más sostenida en el tiempo", agregó Lambertini.
De hecho, en general en toda la Tierra, el mayor peligro para la fauna es la degradación y la pérdida del hábitat natural de los animales causada por la acción humana.
La pesca y la caza son amenazas "significativas", señala el informe, mientras que el cambio climático se ha convertido en "crecientemente preocupante", con las primeras constataciones de que "el cambio climático es ya responsable de la extinción de algunas especies".
Por otra parte, el informe destaca que lo que la humanidad demanda al Planeta es más del doble de lo que la naturaleza puede renovar.
"Estamos cortando madera más rápido de lo que los árboles pueden crecer, usando agua dulce más rápido de lo que los acuíferos subterráneos se llenan, y lanzando CO2 a la atmósfera más rápido de lo que se puede absorber".
De hecho, se calcula que haría falta una Tierra y media para producir los recursos necesarios para equilibrar la huella ecológica de la humanidad.
El informe también destaca que la huella ecológica es cinco veces mayor en los países desarrollados que en las naciones en desarrollo, y recuerdan que se ha demostrado que se pueden elevar los niveles de vida de la población y restringir al mismo tiempo la explotación de los recursos naturales.
Los diez países con una mayor huella ecológica son Kuwait; Catar; Emiratos Árabes Unidos; Dinamarca; Bélgica; Trinidad y Tobago; Singapur; Estados Unidos; Bahrein y Suecia.
Ante esta situación, Lambertini dijo que la única solución pasa por "consumir y producir de forma más sostenible", y fijarse no sólo el lado conservacionista sino también "las oportunidades económicas" de un desarrollo distinto.
"La biodiversidad es una parte crucial de nuestro sistema de vida en la Tierra, y el barómetro de lo que hacemos a este Planeta, el único hogar que tenemos. Necesitamos urgentemente una acción global de todos los sectores de la sociedad para construir un futuro más sostenible", concluyó Lambertini.
EFE