El Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) han concluido una nueva misión conjunta en Sudán del Sur, un país en el que han prestado asistencia a más de medio millón de personas ubicadas en áreas afectadas por el persistente conflicto.
La última operación conjunta se ha centrado en una zona del estado de Jonglei, donde alrededor de 30.000 adultos y niños necesitaban ayuda alimentaria, vacunas contra la polio y el sarampión, agua y artículos para la higiene personal.
El conflicto armado que se inició en ese país en diciembre pasado ha provocado el desplazamiento forzoso de casi dos millones de personas, de las que alrededor de un millón y medio permanecen en el país.
La mayoría de esas personas se han refugiado en zonas remotas y de difícil acceso y más de la mitad de ese colectivo de desplazados son niños.