Un hombre de nacionalidad búlgara que estaba paralizado de pecho hacia abajo debido a una agresión ya puede volver a caminar con ayuda después de recibir tratamiento pionero. La técnica, que se describe en la revista «Cell Transplantation», se basa en el empleo de las células envolventes de bulbo olfatorio que fueron trasplantadas en la médula espinal del paciente para fabricar así «puente de nervios» entre las dos secciones de la columna vertebral dañada.
Desde hace tiempo se especula con que el trasplante de células envolventes de bulbo olfatorio (OECs), un tipo de célula que da soporte a las neuronas dentro del sistema olfativo, con capacidad de regenerarse y relativamente fáciles de obtener, podría mejorar la función neurológica de pacientes con parálisis, sin causar efectos secundarios significativos.
Pero por fin parece que la investigación ha dado un paso de gigante. «Creemos que este procedimiento es el paso que, a medida que se desarrolle en profundidad, dará lugar a un cambio histórico en el panorama actual para las personas discapacitadas por lesiones en la médula espinal que apenas tienen opciones de volver a caminar actualmente», subraya Geoffrey Raisman, profesor de la University College de Londres (Gran Bretaña), quien dirigió la investigación.
Puente de nerviosDarek Fidyka, de 38 años de edad, quedó paralizado tras sufrir heridas de arma blanca en la espalda en 2010. Tras 19 meses de tratamiento ha recuperado un poco de movimiento voluntario y alguna sensación en sus piernas. De hecho, Darek ha mejorado tanto que ya es capaz de conducir y vivir de manera más independiente. Además, ha recuperado las sensaciones de parte de la vejiga y del intestino y la función sexual.
El equipo de Raisman ha trabajado en colaboración con los cirujanos en el Hospital de la Universidad de Wroclaw (Polonia). En concreto, los cirujanos extrajeron uno de los bulbos olfatorios de Darek, responsables del sentido del olfato. Después de cultivar las células, y transcurridas dos semanas, trasplantaron las células envolventes de bulbo olfatorio y los fibroblastos nerviosos olfativos (ONF) en el área dañada. En concreto aplicaron cerca de 100 micro-inyecciones de OEC por encima y debajo de la lesión.
Los científicos creen que las células envolventes de bulbo olfatorio proporcionan una vía que permite que las fibras nerviosas crezcan, tanto por encima como por debajo de la lesión, vuelvan a conectar las conexiones nerviosas. Además, el hecho de emplear las propias células del paciente significa que no había peligro de rechazo, así que no hay necesidad de fármacos inmunosupresores utilizados en los trasplantes convencionales.
Junto con las células envolventes de bulbo olfatorio, los fibroblastos nerviosos olfativos se los responsables de conformar haces de fibras nerviosas que van desde la mucosa nasal hasta el bulbo olfatorio, donde se encuentra el sentido del olfato. Explican los investigadores que cuando las fibras nerviosas que llevan olfato se dañan, son reemplazadas por nuevas fibras nerviosas que vuelen a entrar en los bulbos olfatorios.
Raisman y su equipo creen que las células envolventes de bulbo olfatorio ayudan a este proceso al reabrir la superficie del bulbo para entren las nuevas fibras nerviosas y, de esta forma, gracias al trasplante de las células envolventes de bulbo olfatorio en la médula espinal dañada, hacer que las fibras nerviosas cortadas vuelvan a crecer. «Parece que ambos tipos de células, OECO y ONF, trabajan juntas, pero el mecanismo de su interacción todavía no está confuso», señala en un comunicado.
Imposible pero realidad
Para Pawel Tabakow, neurocirujano del Hospital Universitario de Wroclaw, que dirigió el equipo de investigación de Polonia, resulta «increíble ver cómo la regeneración de la médula espinal, algo que se creía imposible para muchos años, se está convirtiendo en una realidad».
Algunos expertos que no están directamente involucrados en el trabajo creen que los resultados ofrecen una nueva esperanza, pero aseguran que hace falta más estudios para averiguar que es lo que generado este éxito, además de tratar a más pacientes, antes de que el potencial de esta técnica pueda ser evaluado correctamente. «Aunque este estudio es sólo en un paciente ofrece esperanza de un posible tratamiento para la restauración de alguna función en las personas con lesión medular», señaló a Reuters John Sladek, de la Universidad de Colorado School of Medicine (EE.UU.).
Todos los involucrados en la investigación están dispuestos a no crear falsas expectativas en los pacientes, pero esperan tratar a otros 10 pacientes, en Polonia y el Reino Unido, en los próximos años, aunque eso dependerá de la financiación que reciba la investigación. «Nuestro equipo en Polonia estaría dispuesto a considerar pacientes de cualquier lugar en el mundo que fueran adecuados para esta terapia», señaló Tabakow. ABC