Hacía 18 años que Enrique Peñalosa no celebraba una victoria electoral. Tal vez por eso, este domingo, cuando los votos que lo respaldaron le alcanzaron para convertirse en el nuevo alcalde de Bogotá, habló de las derrotas y de que si hay pasión se debe persistir. Y él persistió. Después de cinco intentos para llegar a la Alcaldía y solo uno victorioso (1998-2000), probó, sin éxito, la carrera a la presidencia el año pasado, ante Juan Manuel Santos. Ahora, vuelve al Palacio de Liévano, la casa del alcalde de la capital, bajo el lemaRecuperemos a Bogotá.
Peñalosa, de 61 años, nacido en Washington, llega para dirigir y administrar la ciudad que aporta el 25% del PIB nacional. Lo hace, después de tres Gobiernos de izquierda y con una política centrada en mejorar la seguridad en la ciudad basada en la prevención. Dentro de su programa plantea intervenciones en entornos urbanos para evitar que los jóvenes caigan en redes delictivas y para mejorar espacios afectados por la basura, los escombros y la falta de iluminación. Durante la campaña aseguró que durante los 100 primeros días de su mandato creará un bloque de búsqueda para desmantelar las bandas que venden droga a los menores de edad.
El hombre detrás de Transmilenio, el único sistema de transporte masivo de Bogotá, que se ha ganado halagos por lo efectivo que resultó durante varios años, pero que también ha sido blanco de reproches por no haber puesto en marcha el metro de la ciudad durante su mandato, plantea ejecutar, está vez sí, la primera línea de este sistema. Lo imagina como un modelo que combine tramos subterráneos con otros elevados. Peñalosa no ha aclarado el costo que supondrá la operación, pero tendrá que trabajar con 17,9 billones de pesos, el último presupuesto reajustado para la ciudad a la espera de que presente uno nuevo que tendrá que ser aprobado. El uso de la bicicleta, que durante su carrera política se ha convertido en su símbolo, será estimulado. Espera que su uso pase del 6% al 15% en el 2020. Es decir, que al menos 1,2 millones de habitantes se movilicen en este tipo de transporte.
La ciudad que pintó Peñalosa y por la que logró más del 30% del total los votos, fortalecerá el sistema educativo no solo de los estudiantes. Su propuesta habla de financiación de maestrías para docentes en Canadá, Australia, Estados Unidos y Holanda. Además dará prioridad a las personas con discapacidad de pocos recursos económicos para que puedan costear, con créditos, los estudios superiores.
Peñalosa, que acudió como independiente con el apoyo de Cambio Radical, el partido del vicepresidente Germán Vargas Lleras, fue duramente criticado por los saltos que ha dado durante su carrera entre las banderas de varios pensamientos políticos. Y algunos no olvidan el apoyo abierto que recibió del expresidente Álvaro Uribe en las elecciones a la pasada alcaldía, en la contienda que perdió contra el actual mandatario, Gustavo Petro.
En el tema de vivienda, una de las grandes preocupaciones de la ciudad porque enfrenta un déficit de al menos 400.000 unidades de casas, el nuevo alcalde promete conformar un banco de tierras para ofrecer finca raíz a precios asequibles y en zonas cercanas a instituciones educativas y centros de salud. Además, a diferencia de la actual administración, cree que la ciudad debe expandirse.
A partir de enero, los ciudadanos de Bogotá esperarán que las promesas de Peñalosa, al que le han dado una segunda oportunidad de gobernar la ciudad, se cumplan y que la idea de recuperar a Bogotá sea más que un lema de campaña
EL PAIS