Arranca la campaña electoral: candidatos tienen 20 días para proponer y entusiasmar a los electores
Venezuela celebra este año nuevos comicios. Ambas tendencias políticas -chavismo y oposición- han definido las elecciones municipales del 8 de diciembre como cruciales, millones de ciudadanos deberán elegir los alcaldes o alcaldesas e integrantes de los concejos municipales de los 335 municipios del país.
Como si de una carrera se tratara, el pistoletazo para el arranque de la campaña electoral se dio este sábado 16 de noviembre a las seis de la mañana. Los candidatos podrán divulgar sus programas de gobierno, propuestas y por qué no, críticas, hasta el 5 de diciembre a la medianoche. En total son 2.792 cargos a elegir.
De acuerdo con el Reglamento Especial sobre la Campaña aprobado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), los candidatos y organizaciones políticas podrán contratar hasta tres minutos de propaganda diarios no acumulables en los medios radioeléctricos de su preferencia. En la prensa escrita está permitida la contratación de hasta media página diaria en las publicaciones estándar y hasta una página diaria en los tamaños tabloide que en ningún caso son acumulables.
En esta época, los mensajes de texto también entran en el juego electoral, la legislación vigente permite hasta tres semanales, y su contenido debe estar supeditado a la Ley Orgánica de Telecomunicaciones.
Según lo que dicta el ente rector del sufragio, el uso de elementos que atenten contra el honor, vida privada, intimidad, propia imagen, confidencialidad y reputación de las personas; promueva la guerra, discriminación, la intolerancia, la desobediencia a las leyes o la abstención están prohibidos.
Además, está negado el uso y/o la presencia de niños y adolescentes, la utilización de símbolos patrios como la bandera nacional y próceres de la nación; estos últimos acaparan la atención de los ciudadanos, pues aunque está expresamente prohibido, es frecuente su uso en los diversos actividades proselitistas: gorras, franelas, pancartas y distintas indumentarias suelen verse en los actos de campaña.
En un país que ha celebrado no menos de 17 comicios en los últimos 14 años -situación que el chavismo ha definido como una demostración de “democracia plena”- los venezolanos se preparan para acudir por segunda vez este año a la urnas electorales. Importantes, trascendentales, cruciales: estos calificativos se ajustan a lo pregonado por las principales fuerzas políticas, para todos lo vital es triunfar.
La disputa ya fue anunciada, el domingo 8 de diciembre se volverán a medir mediante el acto más representativo que posee una sociedad demócrata y libre: el voto.
Son múltiples los rasgos que destacan en estas nuevas elecciones. La oposición se ha propuesto hacer de estas votaciones un plebiscito, esto luego de no reconocer el triunfo que en los comicios presidenciales del pasado 14 de abril Nicolás Maduro obtuvo por un estrecho margen frente a su principal adversario, Henrique Capriles Radonski. Sus principales líderes llaman al cambio, a dar una “lección” a aquellos gobernantes que comulgan con el proyecto socialista y que, aseguran, no han cumplido con las expectativas de los ciudadanos que años atrás le otorgaron “un voto de confianza” que ahora pueden revocar.
Por su parte, el chavismo ha hecho un llamado a su militancia a dar la “batalla”, una lucha en nombre del fallecido presidente Hugo Chávez. No por nada sus simpatizantes están organizados en las denominadas Ubch, Unidades de Batalla Hugo Chávez. Estrategias como el 1×10 vuelven a perfilarse como ganadoras.
La campaña electoral inicia en medio de una situación que dista de ser normal. El Gobierno ha implementado en los últimos días medidas para combatir “la especulación y la usura” desatadas en una “guerra económica”, estas acciones han sido calificadas como “electoreras” o “populistas” por sus detractores, por otros como efectivas y acertadas.
De cualquier forma, serán los venezolanos los que elijan con su voto a sus gobernantes más cercanos, a aquellos que con un contacto directo deberán aportar soluciones a los problemas que aquejan a las comunidades. Veinte días servirán para convencer o hasta desilusionar a los electores que en el ejercicio democrático de sus derechos acudirán a sus centros de votación.