La primera vez, fue una espera de treinta años; esta vez, los fanáticos no debieron esperar más de tres años para volver a presenciar en escena a la banda británica James, uno de los primeros grupos de indie rock a nivel mundial registrado en Inglaterra.
Los músicos ingleses arrancaron su show poco antes de las 8:00 de la noche en un modesto escenario que tenía de fondo la portada de su nuevo disco "Le Petite Mort", algo así como "la pequeña muerte" en francés y que vio la luz hace unos meses.
"Frozen Britain", "Say Something" y "Ring the Bells" fueron del arranque y llevaron al público en un mágico paseo por las calles de Manchester. Tim Booth, el irremplazable frontmand de la banda, le regaló a los asistentes su inconfundible baile mevleví que más de uno no dudó imitar.
El cariño por la majestuosidad de Machu Picchu y lo bien que fueron recibidos en 2011, demostraron en esta vuelta el mimetismo entre James y los peruanos. Booth no dudó en bajar del escenario en más de una oportunidad y cantarles cara a cara las canciones que los volvieron íconos del rock, que años después algunos definieron como "indie".
Fue en "Sometimes", a menos de media hora de iniciado el show que el público ya cantaba a viva voz el coro de la canción, acompañados por la banda. El líder del grupo no solo dudó en colocarse un chullo por un fan, sino que además "lanzarse" en más de una oportunidad sobre su público.
"Moving On", "Jam J", "Come Home", "Curse Curse", "Born of Frustration" fueron algunos de los temas que la banda balanceó en su set list, y que el público supo agradecer con su saltos y palmas. Sin embargo, la cuota amarga de la noche llegó cuando en uno de sus tantos "buceos" entre el público, Tim Booth notó que alguien se atrevió a arrancharle la cadenita de oro que llevaba en cuello.
Este hecho inesperado oscureció el show y provocó el fastidio del líder de la banda, lo cual fue expresado por su guitarrista. La razón era simple, podía soportar jalones, palmadas en su radiante cabeza o uno que otro manoseo, pero el hurto de aquel regalo hecho por su esposa, era imperdonable.
Luego de esto, el show continuó con canciones "Walk Like You", la archifamosa "Laid", "Interrogation" y "Getting Away With It", para cerrar con "Tomorrow". Como todo grupo profesional, James culminó su show (bastante corto por cierto) despidiéndose protocolarmente de su público, aunque sin realizar el famoso "Encore" propio de toda banda.
Quizás el show pudo extenderse más, pero ni los ruegos, gritos y pedidos de los fans hicieron que la banda vuelva. ¿El robo de la cadena de oro de Tim Booth habrá sido la causa? Eso habría que preguntárselo, pero en lo que va de la Feria del Hogar, esta esperada presentación fue más cumplidora, salvando el inesperado impasse. Ojalá se pueda soñar con otro regreso.
Rob Reyna