La empresa privada encargada de la seguridad durante los Juegos Olímpicos de Londres 2012, G4S, reveló que ese contrato generó pérdidas valoradas en 50 millones de libras (63,5 millones de euros).
Cuando quedaba menos de un mes para el inicio de los JJOO, G4S anunció que no estaba preparada para proteger el evento al no haber logrado reclutar los 10.000 agentes acordados.
Ese fiasco disparó las alarmas y obligó al Gobierno británico a movilizar a un total de 17.000 soldados, 3.500 más de lo previsto.
G4S había calculado que su negligencia le ocasionaría pérdidas entre 35 y 50 millones de libras (entre 44,5 y 63,5 millones de euros) de un contrato valorado en 300 millones de euros (381,5 millones de euros) para hacerse cargo de la seguridad olímpica.
Al anunciar sus resultados semestrales, en los que G4S registró una caída en sus beneficios antes de impuestos de 151 millones de libras (190 millones de euros) hasta 61 millones de libras (77 millones de euros), la compañía reveló que sus pérdidas derivadas del contrato olímpico alcanzaban los 50 millones de libras, alrededor del 10 por ciento de sus beneficios anuales.
G4S, una multinacional con 650.000 empleados en todo el mundo que tiene múltiples operativos en el Reino Unido, en control de inmigración o prisiones, aceptó entonces su responsabilidad por los costes del operativo militar extra que tuvo que ser contratado para proteger los Juegos.
EFE