En Venezuela hay que votar contra el “paquetazo” neoliberal, y el ejecutor de ese “paquetazo” tiene nombre y apellido: Henrique Capriles. Esta es la reflexión que hacen los dirigentes galos Françoise Delapierre, secretario nacional del Partido de la Izquierda de Francia, y Corinne Darleux, directiva de esta tolda política.
Ambos visitaron Venezuela para participar en el ciclo de foros Neoliberalismo del Viejo Mundo vs. Socialismo del Mundo Nuevo, que comenzó la semana pasada en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos. En cada lugar que visitaron se dedicaron pacientemente a desmontar el plan neoliberal de la dirigencia opositora venezolana, y a explicarles a las venezolanas y los venezolanos que tienen mucho que perder el 7 de octubre si sufragan por la derecha.
En las mentes de los dos están frescas las imágenes de las protestas en Grecia, en España y en su patria natal contra las medidas económicas para reducir el déficit fiscal; las mismas que serían impuestas en Venezuela. Por ello, alzaron su voz en Caracas y en otras zonas del país, para alertar acerca de lo que podría ocurrir en la patria de Bolívar.
-¿Habría un ensañamiento peor de esos sectores contra Venezuela?
-Sí- responde Delapierre porque son como alimañas. En pocas horas pueden arruinar el trabajo de generaciones. Industrias completas desaparecieron en Europa. Fue el caso del Reino Unido, que tenía una industria automotriz muy importante, y se acabó. Es muy difícil hoy reconstruir esa industria automotriz. Lo poco que ustedes tienen no lo deben perder.
“La victoria de Henrique Capriles haría de Venezuela una presa del capital financiero, y ese capital es un animal herido que tiene recuperarse, y va a acaparar todas las riquezas venezolanas y las va a utilizar para cubrir las pérdidas que generó la crisis” europea, alertó.
-Pero un candidato puede ganar con una oferta electoral (el progreso) y aplicar un “paquete” neoliberal?
-Por supuesto- responde Darleux. Eso ocurre todos los días. Delapierre agrega que, al observar el programa de la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), encontró elementos como la “independencia” del Banco Central de Venezuela. “¿A quién le beneficia eso? ¿Acaso eso va a mejorar la situación de los venezolanos? Esa medida significa la sumisión del Banco Central a los mercados financieros internacionales”, acusó.
Incluso, en Estados Unidos y China rechazan esa medida, que es considerada “entre las más extremas de los neoliberales” y constituye la columna vertebral del plan Capriles. Eso significa “que el Estado venezolano va a depender entonces de lo que digan los mercados financieros, y esos mercados consideran que gastar dinero público en educación y salud es inútil, y es una competencia contra el sector privado”.
En otras palabras, “las políticas sociales que lleva a cabo la Revolución serán las primeras cuestionadas. Se acabarían”, señala Delapierre.
Perder el petróleo
¿Qué piensan que hay detrás del mensaje de Capriles de la “soberanía petrolera”?
Le van a quitar al pueblo la soberanía petrolera, advirtió Darleux. “Van a buscar el máximo beneficio, van a reducir los salarios y la educación, van a reducir los gastos de seguridad”, concluyó.
Pero la dirigente va más allá: la diversificación de recursos hay que planificarla a largo plazo, “y hoy día, el único que puede hacer eso, en beneficio de todas y todos, es el Poder Público, el Estado. Por eso es que el petróleo debe verse como un bien público, manejado por el Estado y en beneficio del pueblo”.
Lo que dice Capriles acerca de Pdvsa “apoya el capitalismo mundial, por una parte, porque quiere poner fin al elemento original del manejo bolivariano del petróleo”, asevera Delapierre. “El sector petrolero es el más poderoso del capitalismo”, sentencia, y como prueba de ello ratifica que 8 de las 20 grandes empresas mundiales son de energía.
En Estados Unidos “se sabe perfectamente que el sector petrolero ha controlado en varias oportunidades la Casa Blanca”, porque “ellos no pueden aceptar que ese recurso beneficia al pueblo”.
En consecuencia, expone, la derecha debe convencer a la gente “de que el manejo de este recurso en beneficio de todos no es eficaz, no es eficiente; que los privados lo hacen mejor, que el petróleo no lo utilizan bien”.
-¿Sería entregarle el petróleo al sector privado?
-Aun cuando no se privatice formalmente Pdvsa, un gobierno de Capriles podría darles concesiones a grupos privados, que es lo que hacen muchos países que no tienen sus propias industrias nacionales petroleras y están sujetos a acuerdos que no son muy equitativos. Esos grupos son los que tienen el control técnico, que determinan el costo de la explotación, calificarán la calidad del crudo. Esos grupos usan el poder para pagar el petróleo al menor precio posible, y maximizar así sus beneficios.
Golpe a la Izquierda
Por otra parte, una victoria del antichavismo en Venezuela sería “un golpe durísimo, impensable, para la izquierda internacional”, admitió Darleux, porque “no hay muchos sitios en el mundo en los que tengamos un punto de apoyo como aquí, donde veamos la aplicación concreta de políticas de izquierda revolucionarias concretas”.
En cambio, para la izquierda francesa, el triunfo de Chávez “sería la demostración de un proceso revolucionario sustentado en el apoyo de una mayoría electoral, y esto es una novedad en este siglo, porque en el siglo XX las experiencias revolucionarias no eran democráticas”, reflexionó Delapierre.
Generalmente en los comicios al pueblo no se le da el poder de participar, y son “una suerte de carrera de caballos, de concursos de belleza en los que el pueblo pierde el poder de participar y decidir” y confía su soberanía en alguien más.
En cambio, en Venezuela “los procesos electorales son frecuentes, son continuos, repetidos y se ve una participación total del pueblo”. Es, también, “un momento de politización social. Es una lección muy importante la que podemos sacar, especialmente para aquellos que se dicen socialistas y demócratas.
También en Francia
“La campaña electoral venezolana parece que también se llevara a cabo en Francia. Hay gente que está a favor de Chávez y de la revolución, organizan reuniones; y otros son más bien hostiles, y también realizan sus actividades en contra”, explicó Delapierre. El dirigente socialista detalló que las amigas, amigos y simpatizantes de la Revolución Bolivariana se encuentran “en el pueblo, en ciertos vecindarios”. En cambio, el sector patronal y los medios privados dominantes “hacen campaña en contra de Chávez”.
Corinne Darleux agrega que la simpatía u hostilidad por el líder bolivariano evidencia la situación de clase. “Los ataques son muy virulentos, y las simpatías también son muy fuertes”, señala. “Pocas personas en Francia son indiferentes ante el caso de Venezuela: Están en contra o están a favor”.
El partido de izquierda tiene, obviamente, una gran atracción por el Mandatario Nacional, refiere Darleux. “En los ámbitos militantes, más políticos, y en las esferas económicas, dirigentes, financieras, se habla y se ve como una relación de clase”.
En particular las y los dirigentes de la izquierda francesa “necesitamos el triunfo de Chávez tanto como lo necesitan las venezolanas y los venezolanos”, concluyeron.