EFE).- Bienvenidos a Fez, ciudad milenaria, capital espiritual de Marruecos, con su medina laberíntica y su antigua universidad y, desde hace una semana, con una Torre Eiffel “a lo marroquí”.
“Se trata de una réplica pequeña de 30 metros que todavía está terminándose.
Estamos pensando en poner un ‘sombrero’ en lo alto de la torre que recuerde a Fez. Será una Torre Eiffel a lo ‘fesí’”, explica por teléfono Alal Amraui, alcalde adjunto de la ciudad.
Una miniatura de la Eiffel con toque “fesí”
La nueva Torre Eiffel en miniatura, pendiente de iluminación y del “retoque fesí”, ha sido instalada hace una semana en una anónima rotonda de esta ciudad marroquí, fuera de la famosísima medina.
Según Amraui, “ya son numerosos los curiosos que se acercan a fotografiarse frente a esta torre de hierro”, símbolo universal de París, y cuya estructura original de 324 metros fue construida entre 1887 y 1889 por el arquitecto francés Gustave Eiffel.
La Torre Eiffel es una de las maravillas del mundo -dice el alcalde adjunto- y “pertenece a toda la Humanidad; por lo tanto, esta réplica es una oportunidad para que nuestra juventud tenga una idea de cómo es la construcción francesa”.
“También podríamos haber reproducido la Estatua de la Libertad”, reflexiona, sin querer desvelar el coste del monumento (según el semanario Telquel, ha costado unos 800.000 dirhams, unos 70.000 euros, 90.000 dólares).
No se sabe con qué asesoría urbanística o artística ha contado el ayuntamiento fesí, pero no todas las personas ven la torre con los mismos ojos.
Algunos critican la nueva torre
“Me pregunto si las autoridades han pensado en el problema que supone para la circulación y la seguridad de los peatones colocar la torre en una rotonda”, dice el arquitecto Kamal el Ghazi, natural de Fez.
Para El Ghazi, “la ciudad tiene tal riqueza cultural e histórica que no necesita de este tipo de miniaturas para hacerle publicidad”, y reitera que “en Fez no existe un contexto apropiado para algo así, a diferencia de otras réplicas de esta torre alrededor del mundo y colocadas en casinos, hoteles o parques de atracciones”.
El arquitecto subraya que se trata de un proyecto “cosmético” cuyo objetivo no es otro que “distraer a la opinión pública de los verdaderos problemas que existen en Fez: la ciudad necesita renovar su medina y sus monumentos históricos, y no es a través de estas miniaturas como vamos a mejorar la vida del ciudadano”, argumenta.
No deja de sorprender tampoco que Hamid Chabat, alcalde de la ciudad y secretario general del Partido Istiqlal, formación que ha hecho del nacionalismo marroquí su bandera y que fue matriz del movimiento de resistencia que en 1956 condujo a la independencia de Marruecos tras el colonialismo francés, impulse hoy un proyecto como éste en Fez.
“Si queremos mostrar apertura lo que hay que hacer es promover la cultura con más festivales, e invitar a gente de todas partes, pero no construyendo este tipo de miniaturas. Se trata de algo de muy mal gusto que además no respeta el patrimonio”, critica el arquitecto.
Para Mohamed Alami (nombre ficticio porque no ha querido que su identidad sea publicada), guía turístico en Fez desde hace 24 años, la tan cacareada torre “no tiene ningún tipo de relación con nuestra cultura y tampoco simboliza a la ciudad de Fez”.
“Tiene tan poco interés que ni los miembros de asociación de guías hemos comentado el asunto”, concluye.
Otros atractivos de Fez
Fez, cuya medina fue nombrada en 1981 patrimonio cultural de la Humanidad por la Unesco y conocida por sus mezquitas, escuelas coránicas, sus curtidurías o su judería, es junto a Marraquech uno de los destinos predilectos de los turistas extranjeros que viajan a Marruecos en busca del “exotismo” que ofrece un país a las puertas de Europa.
Pero es pensando en el turismo nacional que las autoridades han tenido la idea de replicar la Torre Eiffel.
“Nuestro gran tesoro es nuestro patrimonio, y al mismo tiempo nuestra riqueza es la apertura a todas las influencias, ya sean europeas, árabes o africanas”, subraya el vicealcalde frente a la opinión de algunos locales que consideran que si se hacen réplicas, éstas deberían ser de los monumentos históricos de la ciudad.
Así pues, no parece que la Torrecita Eiffel vaya a formar parte de los circuitos turísticos clásicos, pero las fotos-souvenir a sus pies ya se van multiplicando.
Por Marta Miera