Londres) La saliente presidenta ejecutiva de Anglo American, Cynthia Carroll, la tercera mujer en asumir las riendas de una compañía integrada al índice FTSE 100, advirtió el viernes que las cuotas para diversificar los directorios en Europa podrían reducir la presencia de las mujeres a un nivel simbólico.Carroll, de 55 años, renunció tras más de cinco años al mando de uno de los mayores grupos mineros del mundo, bajo una fuerte presión de los inversores por el débil precio de las acciones de la minera y la dependencia del mercado sudafricano, que vive un alto nivel de conflictividad laboral.
Su salida el viernes se produce menos de un mes después de que Marjorie Scardino, la primera mujer en liderar una compañía del FTSE 100, abandonó su cargo en el grupo editorial británico Pearson.
Con la salida de Carroll, prevista para algún momento del próximo año, sólo quedarán dos presidentas ejecutivas mujeres al mando de prestigiosas compañías británicas, en momentos en que el país se resiste al intento de la Unión Europea por establecer cuotas para impulsar la presencia de mujeres en el mundo de los negocios.
"Creo que existe la necesidad de tener más mujeres al mando de las compañías, pero no se puede designar mujeres sólo para satisfacer una condición en particular", dijo Carroll a la prensa.
"Lo último que se quiere es una presencia de mujeres sólo por el hecho de ser mujeres (al mando de compañías)", agregó.
Hitos al mando de Anglo
Carroll, una estadounidense que se caracteriza por ser directa, enfrentó una serie de restricciones cuando se convirtió en la presidenta ejecutiva de Anglo American en el 2007, que entonces era un conglomerado en expansión.
Carroll fue la primera no sudafricana, la primera mujer y la primera persona externa a la firma en asumir el puesto más alto en Anglo.
Su trayectoria en Anglo ha sido mixta, sostienen analistas e inversores de la industria, aunque se convirtió en un ícono para las mujeres en la industria minera y en los negocios más amplios.
Sin la presencia de Carroll y asumiendo que la ejecutiva será reemplazada por un hombre -no hay nombres femeninos a la vista para sustituirla- las importantes ejecutivas que quedan en las compañías del FTSE son Angela Ahrendts, presidenta ejecutiva de la casa de modas Burberry, y Alison Cooper del fabricante de cigarrillos Imperial Tobacco.
Es probable que esto estimule los esfuerzos de la Unión Europea por elevar la presencia de mujeres en los directorios.
El jueves, el Parlamento Europeo veto la nominación de Yves Mersch al directorio del Banco Central Europeo por su género, lo que aumentó el interés en una disputa entre los Gobiernos de la Unión Europea por la prominencia de la mujeres en el mundo de los negocios.
Previamente esta semana, la Comisión Europea postergó una votación sobre un plan divisivo para obligar a las compañías a asignar el 40 por ciento de los cupos en sus directorios a las mujeres al 2020, mientras que abogados cuestionaron la legalidad del plan bajo las normas de la Unión Europea.
Los borradores del plan, que sancionaría a las compañías que no lo acaten, no fueron bien recibidos por muchos países de la UE, en especial Gran Bretaña, que favorece medidas más voluntarias para impulsar la presencia de las mujeres en los negocios.
Carroll hizo eco de esta opinión, al enfatizar la necesidad de que las compañías desarrollen una "red" de mujeres jóvenes con potencial.
"Lo que se quiere, más que nada, es desarrollar mujeres dentro de la organización que, cuando alcancen un alto cargo, sean capaces de hacer su trabajo de manera efectiva", dijo a la prensa tras anunciar su renuncia.
En enero del 2012, las mujeres ocupaban el 3,2 por ciento de las presidencias ejecutivas entre las 600 mayores compañías de la Unión Europea, según datos de la Comisión Europea. La cifra se compara con un 1,6 por ciento en el 2003.
Las mujeres estaban más presentes en los directorios, con un 13,7 por ciento por sobre un 8,5 por ciento hace nueve años, aunque a menudo en roles no ejecutivos.
En los últimos dos años, la proporción de mujeres en los directorios en Gran Bretaña aumentó en apenas 2 puntos porcentuales, al 16 por ciento.
REUTERS
