El café es una bebida que aporta antioxidantes (previenen o retrasan el daño celular), pero cuando es adulterado por otros alimentos como la leche, el azúcar o el alcohol, sufre variaciones.
El efecto nutricional también varía de acuerdo a las veces al día que se consume café. Los límites recomendados son de 2 a 3 tazas diarias como máximo, según The New England Journal of Medicine.
La misma publicación científica asegura que la ingesta prudente de café reduce en un 10 % el riesgo de muerte por enfermedades cardíacas, respiratorias, accidentes cerebrovasculares y por diabetes e infecciones.
"Lo ideal no tiene que ser necesariamente beberlo solo, pero que sí dependerá del tipo de alimentación que llevemos el resto del día", sostiene Alícia Aguilar, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud y directora del Máster de Nutrición y Salud de la UOC consultada por El País de España.
