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viernes, 26 de septiembre de 2014

Las inversiones chinas se disparan en Europa

Las empresas chinas han pisado el acelerador para ganar presencia en Europa. Años después de que las mayores compañías del viejo continente aterrizaran al gigante asiático para hacer fortuna, ahora los papeles se intercambian progresivamente. El informe “Inversión China en Europa 2014”, elaborado por la escuela de negocios Esade y presentado en Pekín, indica que en el año 2012 se alcanzó la mayor cifra histórica de inversión directa de China a Europa, 7.657 millones de euros, casi un tercio del total de los últimos 12 años. Y la tendencia es ir a más.
“La inversión china seguirá creciendo muy rápidamente tanto en Europa como en España”, aseguró hoy en Pekín Ivana Casaburi, la autora del informe y directora del China Europe Club de Esade. Las principales razones del desembarco son el músculo financiero y de liquidez que han acumulado durante años y una voluntad clara de expansión en nuevos mercados. En este sentido, la mejor carta de presentación del europeo son sus 500 millones de habitantes que gozan de un alto poder adquisitivo.
Esta voluntad de ir más allá de las fronteras de la República Popular se intensificó tras la aprobación del XII Plan Quinquenal en 2011, que prevé un crecimiento de la inversión en el exterior del 17% anual. Fue el inicio de la expansión de marcas como Huawei, ZTE o Lenovo, que ya empiezan a ser familiares a los oídos de los consumidores europeos. “Las compañías chinas saben que si no están en Europa o en Estados Unidos no pueden ser globales, y ahora es el momento propicio porque algunas empresas están ‘en venta’”, dice la experta.
En efecto, otro de los factores que ha animado la inversión en Europa es la fuerte crisis económica que ha azotado al continente. Las compañías chinas han adquirido compañías o infraestructuras de carácter estratégico en Portugal o en Grecia, en ambos casos debido a los procesos de privatización que se llevaron a cabo a cambio de la concesión de los programas de rescate económico. Pero también han aprovechado para comprar empresas de menor tamaño que pasaban por graves dificultades. Josep Franch, decano de la escuela de negocios, lo resume así: “Son inversores prácticos. Buscan un producto que les interese, que tenga recorrido, y si la empresa está en quiebra les sale más barato”.
Un 85% de las inversiones chinas en Europa se concentran en Luxemburgo, Francia, Reino Unido, Alemania y Suecia, una elección que se debe a una mayor proximidad cultural y desarrollo tecnológico. “España ha empezado un poco más tarde”, admite Casaburi. Precisamente, Mariano Rajoy aseguró ayer a los empresarios chinos que “pocos países como España ofrecen tan buenas oportunidades de inversión” y vendió el país como “un puente natural para acceder a Europa, Iberoamérica e incluso el Magreb”. En España ya ha habido operaciones significativas: la hongkonesa Hutchison gestiona desde septiembre de 2012 una terminal de contenedores en el Puerto de Barcelona y el grupo chino Wanda adquirió recientemente el emblemático Edificio España en Madrid. Fosun ha entrado en el accionariado de Osborne, Shuanghui controla de rebote una parte de Campofrío y el conglomerado turístico HNA ha anunciado una mayor participación en el grupo NH Hoteles. Por número de proyectos en el terreno, España se sitúa en la cuarta posición en Europa, aunque por volumen de inversión cae hasta la novena (409 millones de euros).
En un futuro, sectores como las tecnologías de la información, la biotecnología, la energía –especialmente renovables- o el agroalimentario serán los que despertarán más interés. El aumento de la presencia china en España “no es una tendencia temporal, sino estructural”, dice Casaburi, por lo que pide un cambio de mentalidad para romper los miedos y tabúes ante este desembarco. “Esto no lo vamos a frenar. Por lo tanto, vamos a intentar entender qué es lo que las empresas chinas necesitan para después poder hacer negocios con ellas”, recomienda.
EL PAIS