(dpa) - La exsecretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice, quien se reunió con el líder libio Muamar al Gadafi en Trípoli en septiembre de 2008, dijo que la aparente obsesión del fallecido mandatario con ella era “rara y un poco escalofriante”.
En su último libro, “No Higher Honor: A Memoir of My Years in Washington”, Rice describe cómo el excéntrico líder le mostró un video con montajes de imágenes de ella. El video tenía como tema de fondo una canción escrita por un compositor libio llamada “Flor africana en la Casa Blanca”.
En una entrevista concedida el miércoles a la cadena CNN, Rice recordó su alivio cuando supo que el video no era obsceno.
Gadafi murió el mes pasado de un tiro en la cabeza tras haber sido capturado por los rebeldes, que derrocaron su régimen en una revuelta que comenzó a principios de año.
Cuando los rebeldes tomaron la vivienda de Gadafi en Trípoli encontraron un álbum lleno de fotografías de Rice, quien fue la primera mujer afroamericana en convertirse en secretaria de Estado, cargo que ocupó entre 2005 y 2009.
La exfuncionaria describió el álbum como “insólito, raro y un poco escalofriante”.
“De hecho sabía que tenía una obsesión conmigo”, admitió Rice a la CNN.
“Mi trabajo era ir allí, hacer negocios diplomáticos y salir, así que es lo que hice”, indicó. “Pero debo decir que pasé un momento terrible cuando dijo que tenía el video. Estoy contenta con que eso haya salido bien”, añadió.
En una reunión el 5 de septiembre de 2008, periodistas que viajaban junto a Rice relataron que no hubo apretón de manos con Gadafi, quien en cambio llevó su mano al pecho, un tradicional gesto de bienvenida del líder libio, que solía alardear con que practicaba costumbres beduinas.
En ese entonces, Rice dijo tras el encuentro que sus discusiones con Gadafi fueron “fructíferas (…) amplias” y “positivas”. La reunión fue la primera de un secretario de Estado norteamericano con Libia desde John Forster Dulles en 1953.
Tras la visita de Rice a Libia se reanudaron los lazos diplomáticos y se normalizó la relación con Trípoli. La mejora en los vínculos, congelados desde que una turba prendió fuego la embajada estadounidense en 1979, llegó tras la decisión de Libia de 2003 de renunciar a su programa para obtener armas de destrucción masiva, junto al pago de miles de millones de dólares por los daños provocados por el atentado de Lockerbie de 1988.