Los países latinoamericanos ocupan los últimos puestos del informe Pisa 2012 sobre los conocimientos educativos en 65 países, divulgado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes, más conocido como Pisa, analiza el rendimiento de los alumnos de 15 años en asignaturas como matemáticas, lenguaje y ciencia, a partir de unas pruebas a las que fueron sometidos los escolares de los 65 países, que representan el 80 % de la población mundial.
El informe, muy seguido por las autoridades educativas en todo el mundo, presta especial atención a las matemáticas, por considerar que se trata de una materia que ayuda a predecir el futuro éxito de los alumnos después de la educación secundaria.
De los países latinoamericanos, Chile es el mejor situado al colocarse en el puesto 51 con 423 puntos en matemáticas, por debajo de la media fijada por Pisa, de 494 puntos, mientras que en lectura obtiene 441 puntos y en ciencia 445. El último de la lista y del grupo de América Latina es Perú.
A Chile le sigue México en el puesto 53, con 413 puntos para matemáticas, 424 para lectura y 415 para ciencia, lo que representa un gran avance en la última década, aunque sin llegar a la puntuación media fijada por la OCDE.
Según la directora de Gabinete de la OCDE, Gabriela Ramos, México "tiene una diferencia de 80 puntos con el promedio de la OCDE, lo que equivale a que los estudiantes mexicanos tienen el equivalente de dos años menos de educación que sus contrapartes".
En el puesto 55 se sitúa Uruguay, con 409 puntos en matemáticas, 411 en lectura y 416 en ciencia, que ha retrocedido en estas tres asignaturas en la última década, según el informe.
A Uruguay le sigue Costa Rica, que tampoco ha conseguido mejorar al bajar más de un punto al año y situarse actualmente en el puesto 56 de la lista, con una puntuación total de 407 para matemáticas, 441 en lectura y 429 en ciencia.
En el caso de Brasil, se encuentra en el lugar 58, con una puntuación por debajo de la media de la OCDE, al obtener 391 puntos en matemáticas, 410 en lectura y 405 en ciencia.
El informe destaca que los escolares brasileños han mejorado en nivel de lectura desde el año 2000, a un promedio de 1,2 puntos al año, si bien quedan por debajo de la puntuación media de la OCDE.
Detrás de Brasil se coloca la vecina Argentina, en el puesto 59 de la lista, con una puntuación de 388 en matemáticas, de 396 para lectura y de 406 para ciencia.
A pesar de situarse entre los últimos, Argentina ha mejorado en más de un punto en matemáticas y ciencia en la última década, pero ha registrado un retroceso de 1,6 puntos anuales en lectura.
Los dos últimos latinoamericanos de la lista son Colombia y Perú, al situarse en el puesto 62 y 65, respectivamente.
Aunque ha conseguido mejoras anuales, Colombia obtiene 376 puntos en matemáticas, 403 en lectura y 399 en ciencia, mientras quePerú ha recibido una puntuación de 368 para matemáticas, 384 para lectura y 373 para ciencia.
Según Pisa, Perú ha conseguido un avance notable en materia de lectura al registrar una mejora de 5,2 puntos anuales.
Para este informe, los alumnos fueron sometidos a evaluaciones en las que tenían que resolver problemas y observar si eran capaces de extrapolar sus conocimientos a situaciones de la vida diaria.
Al hacer la presentación del informe en Londres, Andreas Schleicher, asesor especial del secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, dijo que Pisa ayuda a medir "lo que saben los estudiantes y lo que pueden hacer con sus conocimientos", si bien admitió que "las comparaciones internacionales no son siempre fáciles y no son perfectas".
No obstante, Schleicher puntualizó que el documento ayuda a los países a conocer los progresos conseguidos en otros países y a preparar a los niños de cara a un "futuro con éxito".
Según el informe, los países con la mejor puntuación ponen énfasis en la selección de los maestros, los incentivan a trabajar juntos y no dan tanta importancia al número de alumnos en cada clase, mientras que facilitan autonomía a los docentes.
EFE