Entre octubre y noviembre de 2015, Chile será sede de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA, una competición que, con dos participaciones en 15 ediciones, le ha resultado esquiva al próximo anfitrión. Sin embargo, su aparición en la fase final de Japón 1993 marcó un hito para el fútbol del país, al terminar en un sorprendente tercer puesto.
Esa actuación también dejó un profunda marca en los futbolistas que integraron aquel equipo. Entre ellos destacaba, por potencia y calidad, el atacante Sebastián Rozental, capitán, figura y uno de los jugador que alcanzó mayor renombre, entre otros logros por ser el primero que emigró a Europa.
"Uno de los momentos más lindos de mi carrera", sintetiza a FIFA.com el exdelantero de 38 años, hoy periodista televisivo. "Chile nunca se había clasificado a un mundial juvenil y, de golpe, estábamos en semifinales, con el país pendiente de nosotros. Aquel sub-17 resultó una experiencia muy fuerte", agrega Rozental, quien debió retirarse tempranamente condicionado por una lesión de rodilla.
El sello del equipo
Pese a ser subcampeona del clasificatorio sudamericano, donde el Brasil de Ronaldo quedó eliminado, la Roja arribó a Japón con perfil bajo. Un 2-2 ante China, un 2-0 sobre Túnez y un emotivo 3-3 contra Polonia, que ganaría la zona, le permitió terminar segunda del grupo. El 4-1 ante República Checa en cuartos actuó como quiebre. "Las comunicaciones eran distinas, y llamar por teléfono era caro. Pero ese día hablamos a casa y entendimos la dimensión de nuestra actuación".
El poderío físico de Ghana la dejó sin final (0-3), pero la Roja se subió al podio al vencer por penales a Polonia, luego de un 1-1 en el que anotó Rozental, segundo artillero del equipo con 4. Los pupilos de Leandro Véliz dejaron un sello reconocido en el reporte técnico de la FIFA. "Chile exhibió una actuación de inesperada magnitud que contribuyó mucho al alto nivel técnico de la competición. Fue un enriquecimiento para el Mundial".
"Jugábamos muy bien", respalda Rozental. "Jamás perdíamos la línea porque teníamos jugadores de buen corte técnico: Dante Poli era un central de categoría; Nelson Garrido, lateral izquierdo, normalmente jugaba de enganche; Héctor Tapia, que era 9, jugó de volante central; lo mismo Manuel Neira, Patricio Galaz, Frank Lobos y Alejandro Osorio, todos sabíamos con el balón... Nuestra técnica nos llevo al podio, porque físicamente nos sacaban diferencias".
Exigencias desmedidas
Si bien había debutado un año antes en la Universidad Católica, uno de los grandes de Chile, Rozental recalca cuánto le ayudó aquel Mundial a forjar su carácter. "No sólo por lo vivimos en un país tan distinto y lejano, sino por lo que nos pasó al regreso: nos esperaban 5.000 persones el aeropuerto, nos invitaban a todos los programas de televisión... ¡A los 16 años éramos celebridades y ni habíamos terminado el colegio!".
El medio, además, necesitaba un éxito por la suspensión de Chile para participar de la Copa Mundial de la FIFA EEUU 1994, debido a aquel incidente de Roberto Rojas en el estadio Maracaná durante las eliminatorias para Italia 1990. Entonces, le colgó a los chicos el cartel de generación dorada. "¿Cómo nos iban a exigir ser los salvadores del fútbol chileno? A esa edad, nadie está preparado para semejante responsabilidad. Igual, lo asimilamos bien".
Tan bien que dos años después resultaron la base del sub-20 que se clasificó por primera vez a una Copa Mundial de la categoría, la de Qatar 1995 (Chile jugó la de 1987 como anfitrión). Rozental volvió a ser el capitán. "Me ayudó la continuidad del proceso, pero también mi auto exigencia. Ese año debuté en la mayor, el siguiente me premiaron como el mejor futbolista de Chile y llegaron las ofertas de Europa".
Lecciones de vida
En 1997 fue el primer chileno en jugar en Escocia al firmar con el Ranger por casi 7 millones de dólares, el entonces pase más caro de la UC. "Hubo propuestas del Manchester United, Sunderland y PSV, pero el club aceptó la del Ranger. Me gustaba el desafío de un equipo tradicional que peleaba cosas importantes. Iba a tener muchas situaciones de gol, indispensable para un delantero", explica Rozental, quien también era parte del seleccionado que disputaba las eliminatorias para el Mundial de Francia 1998.
Pero tuvo mala suerte: tras anotar en el debut ante el St. Johnstone, se rompió los ligamentos de la rodilla izquierda. "Fue la carrera soñada hasta los 20, pero por la lesión apenas si jugué los siguientes tres años", recuerda, desestimando los cinco títulos que obtuvo en Escocia. "Volví a la UC, pasé por Independiente (Argentina) y recién jugué algo más en el Grasshopper (Suiza). Pero ya no fue lo mismo".
Rozental pasó por Estados Unidos, Puerto Rico e Israel antes del retiro con apenas 31 años. De hí la reflexión que deja a los sub-17 que representarán a Chile en 2015. "La carrera del futbolista es corta, y si bien deben prepararse, los invito a disfrutar el fútbol, que es un juego, y lo que significa representar a tu selección y en tu país. No sabrán a esa edad si lograrán ser profesionales, pero el recuerdo del Mundial los acompañará para siempre".FIFA