Según investigadores británicos y estadounidenses, el video de las decapitaciones múltiples divulgado el pasado mes de noviembre por el Estado Islámico costó al menos 200.000 dólares y fue grabado en el curso de 4 a 6 horas.
El video contiene además varias incoherencias como la alteración del orden de aparición de los asesinos y presos en varios episodios.
La organización investigadora del terrorismo TRAC (EE.UU.) y el ‘think tank’ británico, Quilliam Foundation, fueron las encargadas de analizar las grabaciones con el fin de determinar los métodos de producción, la identidad de los rehenes y sus verdugos así como el significado visual de una brutalidad tan calculada.
Con información de RT.