El Gobierno chino ha iniciado una campaña para frenar el envío de muestras de sangre a Hong Kong por parte de mujeres embarazadas para conocer el sexo del bebé, algo prohibido en la China continental, como parte de los esfuerzos por acabar con los abortos selectivos.
Según publica hoy el diario hongkonés South China Morning Post (SCMP), catorce agencias gubernamentales, incluidas el Ministerio de Seguridad Pública y la Comisión de Planificación Familiar, participan en esta campaña.
Una circular enviada el miércoles instruyó a las autoridades pertinentes a censurar la publicidad en internet que anuncia esos servicios, así como las búsquedas al respecto en la red.
Asimismo, hospitales y clínicas han recibido órdenes de aumentar la supervisión sobre posibles extracciones de sangre a mujeres embarazadas, ante la posibilidad de que sean destinadas a pruebas de ADN, mientras los puestos limítrofes entre la China continental y la excolonia británica tendrán que aumentar los controles al respecto.
Además, los "soplones" que informen de estas prácticas serán recompensados por el Gobierno, dice el SCMP.
Salvo por razones médicas, en China está prohibido realizar pruebas para conocer el sexo del bebé debido a la proliferación de abortos selectivos de niñas como consecuencia en parte de la política del hijo único, implantada en la década de 1970.
No obstante, hay numerosas clínicas ilegales en el país que realizan ecografías para determinar el género del bebé, aunque en los pasados años se ha hecho muy popular enviar muestras de sangre fuera, sobre todo a Hong Kong, para realizar análisis de ADN.
La campaña para evitar estas prácticas se produce después de que el Gobierno del país asiático decidiera relajar la política del hijo único el año pasado y permitiera tener dos vástagos a las parejas en las que sólo uno de los cónyuges no tuviera hermanos, si bien antes tenían que ser ambos.
La flexibilización de la medida se debe principalmente al rápido envejecimiento poblacional y a la escasez de mano de obra, factores que han ralentizado el crecimiento de la potencia económica.
Por 4.000 yuanes (644 dólares), una embarazada china puede enviar una muestra de sangre a Hong Kong a través de la ciudad limítrofe de Shenzhen, y recibir los resultados al día siguiente con un 99% de fiabilidad.
EFE
Según publica hoy el diario hongkonés South China Morning Post (SCMP), catorce agencias gubernamentales, incluidas el Ministerio de Seguridad Pública y la Comisión de Planificación Familiar, participan en esta campaña.
Una circular enviada el miércoles instruyó a las autoridades pertinentes a censurar la publicidad en internet que anuncia esos servicios, así como las búsquedas al respecto en la red.
Asimismo, hospitales y clínicas han recibido órdenes de aumentar la supervisión sobre posibles extracciones de sangre a mujeres embarazadas, ante la posibilidad de que sean destinadas a pruebas de ADN, mientras los puestos limítrofes entre la China continental y la excolonia británica tendrán que aumentar los controles al respecto.
Además, los "soplones" que informen de estas prácticas serán recompensados por el Gobierno, dice el SCMP.
Salvo por razones médicas, en China está prohibido realizar pruebas para conocer el sexo del bebé debido a la proliferación de abortos selectivos de niñas como consecuencia en parte de la política del hijo único, implantada en la década de 1970.
No obstante, hay numerosas clínicas ilegales en el país que realizan ecografías para determinar el género del bebé, aunque en los pasados años se ha hecho muy popular enviar muestras de sangre fuera, sobre todo a Hong Kong, para realizar análisis de ADN.
La campaña para evitar estas prácticas se produce después de que el Gobierno del país asiático decidiera relajar la política del hijo único el año pasado y permitiera tener dos vástagos a las parejas en las que sólo uno de los cónyuges no tuviera hermanos, si bien antes tenían que ser ambos.
La flexibilización de la medida se debe principalmente al rápido envejecimiento poblacional y a la escasez de mano de obra, factores que han ralentizado el crecimiento de la potencia económica.
Por 4.000 yuanes (644 dólares), una embarazada china puede enviar una muestra de sangre a Hong Kong a través de la ciudad limítrofe de Shenzhen, y recibir los resultados al día siguiente con un 99% de fiabilidad.
EFE