Un minero murió y otros nueve resultaron heridos cuando trabajadores de cooperativas privadas lanzaron dinamita contra la sede sindical de un grupo con el que se disputan el control de una mina expropiada a la empresa suiza Glencore en La Paz.
El minero Héctor Choque falleció tras estar varias horas en estado de coma, mientras que dos obreros tienen heridas de gravedad, pero sus vidas no corren peligro, indicó en una rueda de prensa el viceministro de Régimen Interior, Jorge Pérez.
Una de las cargas lanzadas por los cooperativistas contra la sede de los mineros que dependen del Estado explotó cerca de Choque, dañando su hígado y uno de sus pulmones hasta provocarle la muerte.
"Lamentablemente hemos perdido la vida de un hermano, producto de un enfrentamiento, de la tozudez, de la intransigencia, de las posturas polarizadas de los mismos hermanos trabajadores mineros de Colquiri, tanto asalariados como cooperativistas", dijo Pérez.
El ataque ocurrió durante una marcha por el centro de La Paz de los trabajadores de las cooperativas que, según el Gobierno, estuvo formada por unas 17.000 personas que llegaron a esta ciudad.
Los mineros de las cooperativas reclaman al Gobierno del presidente Evo Morales que cumpla con el decreto que ordena la transferencia de una rica veta de Colquiri, expropiada a Glencore en junio pasado, a ese sector, a lo cual se oponen los trabajadores mineros del Estado.
La pelea ha paralizado desde hace varios días la producción de ese centro minero, rico en estaño y zinc, que está ocupado por los sindicatos estatales para impedir el ingreso del grupo rival.
Ambos son sectores sociales afines al presidente Morales, que hoy criticó la pelea, afirmando que esos grupos mineros solo piensan en sus sectores y sus ingresos y no en el desarrollo del país.
Cuando la movilización de los cooperativistas pasó hoy frente a la sede de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros primero hubo un intercambio de insultos y luego los primeros arremetieron con cargas de dinamita, según constató Efe.
La casa sindical atacada se encuentra en El Prado, la avenida principal de La Paz, donde varios negocios y comercios aledaños quedaron destrozados por las explosiones que fueron continuas durante la movilización que duró varias horas.
Dos centenares de agentes antidisturbios que custodiaban esa sede fueron rebasados por los manifestantes y tuvieron que lanzar gases lacrimógenos para dispersarlos.
El viceministro Pérez convocó a ambos sectores a "deponer las actitudes extremistas" y comenzar mañana, miércoles, un diálogo con el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, para solucionar el problema de forma pacífica.
Tras enterarse del ataque a su sede, los mineros que trabajan para el Estado en la mina Colquiri, a 250 kilómetros al sur de La Paz, tomaron represalias destruyendo algunos bienes de los cooperativistas en ese pueblo minero, según medios locales.
EFE