Inmediatamente que dejó el avión, la intérprete de “Umbrella” se dirigió a la tienda Lovestore para comprar ropa interior, juguetes sexuales, unas esposas de cuero, velas perfumadas, aceites de baño y un libro erótico de la fotógrafa Ellen Von Unwerth.
“Ella sabía exactamente lo que buscaba, no quería ninguna ayuda cuando llegó a escoger lo que compraría”, dijo un testigo de la tienda al diario The Sun.
Otros testigos, señalan que al salir de la tienda, la estrella del pop sonreía de oreja a oreja y parecía tener apuro por volver a su hotel.
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