El filipino Manny Pacquiao perdió una racha de 15 triunfos consecutivos que acumuló durante siete años y se deshizo de la corona de peso welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) al ser superado por el estadounidense Timothy Bradley por la vía de la decisión dividida.
En la pelea pactada a 12 episodios en la Arena Garden del hotel MGM Grand, de Las Vegas (Nevada), Pacquiao no podía dar crédito al resultado, que de acuerdo con los jueces tuvo puntuaciones de 115-113, 115-113 para Bradley Jr., y 115-113 para Pacquiao.
Mientras que los aficionados presentes en la pelea, que abuchearon la decisión, y los comentaristas que siguieron el combate vieron como claro ganador a Pacquiao.
El filipino hizo su pelea acostumbrada, que se caracteriza por una gran velocidad y poder de puños, pero esta vez tuvo respuesta del mismo calibre de parte de Bradley Jr., que mantiene su calidad de invicto y estrena nuevo cinturón de campeón.
Aunque Bradley conectó en varias ocasiones a Pacquiao, el filipino parecía hacerlo con más poder y más efectividad, incluso en el combate de cerca, cuando ambos decidían intercambiar golpes, el estadounidense casi siempre era superado.
Al concluir la pelea Pacquiao vio caer su marca a 54-2-2, con 38 nocáuts, en tanto que Bradley dejó sus números en 29-0, con 12 fueras de combate.
El filipino vio rota una racha de 15 triunfos consecutivos, aunque en los últimos combates parecía haber perdido efectividad, sobre todo en su pelea más reciente contra el mexicano Rafael Márquez, a quien derrotó también con un resultado polémico, y tuvo que someterse una curación en la que recibió 28 puntos de sutura en la ceja derecha.
Pero Bradley Jr. se encargó de detener los siete años seguidos de triunfos de Pacquiao, quien al haber cambiado su forma de vida, también cambió su estilo y efectividad sobre el cuadrilátero.
Esta vez, a diferencia de sus combates anteriores, el filipino había prometido que al concluir la pelea ante Bradley Jr. no iría a cantar con su grupo de música, sino que ahora su vida esta enfocada por la vía religiosa que le ha dejado el comenzar a leer la Biblia.
A pesar de tener el párpado prácticamente deshecho al concluir la pelea contra Márquez decidió cantar en su concierto posterior al combate.
Pacquiao, que además de ser un ídolo del deporte en su país, es legislador, decidió dejar de tomar, de apostar e incluso regaló su rancho para peleas de gallos en Filipinas y vendió las acciones que tenía en un casino.
A cambio se hizo de un guía espiritual y asegura que pasa su tiempo libre leyendo la Biblia.
Antes del combate dijo que al concluirlo no habría concierto ni fiesta, sino que tendría una sesión de estudio de la Biblia y pasaría tiempo con su esposa.
Su entrenador Freddie Roach había dicho que Pacquiao "era completamente diferente", y aseguró que "ahora está más enfocado que nunca".
Casi seguramente la pelea que tantos problemas tuvo para realizarse entre Pacquiao y Floyd Maywather Jr. tendrá menos atractivo para que pueda negociarse con la derrota del filipino.
Mientras Pacquiao trata de asimilar la derrota, la primera en los últimos siete años, Mayweather Jr. permanece en la cárcel, y ahora al parecer las posibilidades que tenían ambos de demostrar que son el mejor boxeador del mundo, podrían haberse esfumado.
De momento, lo que si tiene ya asegurado Pacquiao es la pelea de revancha contra Bradley Jr., que será el próximo 10 de noviembre, de acuerdo a lo informado por el promotor Bob Arum, que lleva los intereses de ambos púgiles.
EFE
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