Al final dio la cara. Después de recibir todo tipo de críticas, el presidente Mariano Rajoy improvisó a toda velocidad una breve rueda de prensa, la primera en solitario que da en La Moncloa desde que es presidente, para explicar el rescate bancario, poco antes de salir de viaje hacia Polonia, donde acudirá al partido inaugural de la selección española de fútbol en la Eurocopa. El Gobierno trabaja desde ayer para evitar la palabra rescate. Luis de Guindos habló de “ayuda financiera”, Rajoy hoy ha optado hoy por “préstamo” y se ha referido varias veces a “lo de ayer”, sin calificarlo, aunque también ha aclarado que no va a entrar en “debates nominalistas”. Prácticamente toda la prensa internacional, en todos los idiomas, le llama rescate. El Gobierno lucha contra esa palabra maldita.
El presidente, un resistente nato, capaz de reinventarse a sí mismo todas las veces que sean necesarias, ha decidido dar la cara dando la vuelta a las críticas y tratando de convencer a todos los españoles de que esto es lo que él ha estado buscando desde hace semanas, aunque “por discreción” contaba lo contrario en todas sus comparecencias públicas. Lo que hasta ayer mismo era algo “impensable”, según su propio Gobierno, esto es que los bancos españoles tuvieran que ser ayudados por el fondo de rescate europeo, ahora es la mejor de las noticias posibles. El presidente incluso desautorizó a François Hollande, el mandatario francés, cuando se animó a plantear esta solución y a apoyarla.
Si hace menos de dos semanas Rajoy dijo “no va a haber ningún rescate de la banca española” hoy, cuando le han preguntado si, como insistía, la ayuda acordada por el Eurogrupo era tan buena idea, por qué no se había hecho antes, el presidente ha contestado: “ya me gustaría a mí saberlo”. Rajoy siempre sigue adelante y no se preocupa de que la realidad desmienta sus propias palabras. Su mensaje central de hoy era claro: su Gobierno, con las reformas que ha hecho hasta ahora, ha evitado de momento el verdadero rescate, la intervención. Y eso es lo que más le preocupa. Que los ciudadanos crean que su Ejecutivo no ha sido derrotado, sino que ha logrado evitar un mal mayor con una negociación muy intensa en la que el presidente ha presionado mucho, según explicó él mismo.
"Los deberes" son el mantra de Mariano Rajoy. Los menciona en cada comparecencia, y hoy lo ha vuelto a hacer para apuntarse lo que considera tanto. "Si no hubiéremos hecho los deberes, ayer se habría planteado la intervención del Reino de España en lugar de una línea de crédito", ha asegurado. "Ayer", ha insistido, "ganó la credibilidad del proyecto europeo, el futuro del euro y la solidez del sistema financiero para que vuelva a fluir el crédito".
"Lo de ayer", ha explicado el presidente del Gobierno, "forma a parte de un plan de saneamiento de la economía española y de su puesta a punto". La comparecencia de Rajoy, que ha reiterado que "sin crédito no hay inversión, y sin inversión no hay empleo", se ha centrado en un mensaje muy europeísta.
La decisión de solicitar un rescate, en su opinión, "manda un mensaje nítido y claro: el euro es un proyecto irreversible, muy bueno para Europa y muy bueno para España". "Creo que hemos dado un paso decisivo para que vuelva el crédito", ha añadido el jefe del Ejecutivo. "No ha sido fácil, pero Europa ha estado a la altura de las circunstancias y eso es muy reconfortante".
Rajoy ha apuntado, además, a la necesidad y a la urgencia de esta decisión, y ha negado haber recibido presiones de los socios europeos. "Nadie me ha presionado, el que he presionado he sido yo porque quería una línea de crédito", ha dicho antes de indicar que "esto se debería haber hecho hace tres años" y que el rescate "no afecta al déficit". Sin embargo, el ministro de Economía dejó claro ayer que sí podría afectar al déficit, porque los intereses de ese préstamo cuentan como tal. Guindos sobre todo apuntó que la deuda española va a crecer bastante con esta solución.
Rajoy ha asegurado también que irá esta tarde a Polonia a ver el primer partido de España en la Eurocopa porque la situación está resuelta y porque la selección española de fútbol "lo merece" y porque cree que es bueno que él esté alló. En cualquier caso, ha afirmado que "es evidente" que si esta situación no estuviera resuelta no haría ese viaje. "Me voy a las dos de la tarde, vuelvo por la noche y mañana estaré en la toma posesión del gobernador del Banco de España", se ha justificado el presidente.
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