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jueves, 23 de octubre de 2014

Detienen en Brasil al narcotraficante “Marquitos Figueroa”: tiene investigaciones por más de 100 muertes

EFE) - El supuesto narcotraficante colombiano “Marquitos Figueroa”, capturado en una lujosa casa de descanso en Boa Vista (Brasil), tiene más de 100 investigaciones por homicidios cometidos en los departamentos de La Guajira y Cesar, entre ellos los de tres políticos, informó hoy el Ministerio de Defensa.
Marcos de Jesús Figueroa está vinculado con las muertes de los esposos Henry Ustariz Guerra (2008) y Yandra Brito, exalcaldesa de Barrancas (La Guajira), ocurrido en 2012.
Ese mismo año también fueron asesinados el exdiputado Efraín Ovalle Oñate y Danny Deluque, agregó el Ministerio de Defensa en un comunicado.
El titular de la cartera de Defensa, Juan Carlos Pinzón, señaló que junto a Figueroa fue arrestado su primo, conocido con el alias de “Norte”, señalado de ser “el hombre de confianza y jefe de sicarios de la organización criminal”.
“Contra ‘Marquitos Figueroa’ hay procesos activos por homicidio agravado, fabricación, tráfico y porte ilegal de armas de fuego y concierto para delinquir”, añade el comunicado.
Luego de la desmovilización de los paramilitares en la zona norte del Cesar, a mediados de la década pasada, un grupo de criminales continuó con su actividad delictiva y organizaron bandas criminales al servicio del narcotráfico y el contrabando de combustible.
Entre esas bandas criminales apareció la de Figueroa, integrada en su mayoría por familiares, quienes trataron de extender sus acciones delictivas en los departamentos del Cesar y La Guajira.
De otro lado, el director de la Policía, general Rodolfo Palomino, dijo a periodistas que el señalado narcotraficante pasó un tiempo en Venezuela y que cuando supo que tenía órdenes de captura, viajó a Brasil, en donde fue capturado.
Según Palomino, Figueroa es “de lejos el criminal de la más alta peligrosidad en la historia reciente de La Guajira y Cesar“.
El jefe policial detalló que el delincuente hacía circular rumores que daban cuenta de que estaba protegido por la Policía en el norte de Colombia a fin de despistar las labores de los organismos de inteligencia.