El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el primer ministro griego, Alexis Tsipras, hicieron un llamado el viernes a los gobiernos europeos a mostrar solidaridad con Grecia para resolver una crisis crediticia que podría llevar al país a abandonar la zona euro.
Sus comentarios - formulados mientras el financista del bloque, Alemania, exige que el Gobierno izquierdista de Atenas cumpla sus compromisos con los acreedores internacionales - remarcaron la preocupación de Juncker sobre la posibilidad de que la Unión Europea resulte gravemente perjudicada por la crisis.
Pero las declaraciones también podrían alimentar sospechas en Berlín de que la Comisión Europea estaría intentando suavizar los términos de un eventual acuerdo de financiamiento.
Un día después de que el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, dijera públicamente que Grecia podría salir de la zona euro debido a que sus líderes no habían logrado negociar con éxito nuevos préstamos, Juncker emplazó a los gobiernos de la Unión Europea con un tono de urgencia.
"No creo que hayamos hecho avances suficientes", declaró ante los periodistas tras recibir a Tsipras en la Comisión Europea. "Haré ciertas propuestas a mi amigo Alexis", agregó.
"Estoy excluyendo completamente un fracaso. No quiero un fracaso. Me gustaría que los europeos vayan juntos. Este no es un momento para la división. Este es el momento de estar juntos", sostuvo, y elogió a Tsipras por seguir "una senda proeuropea".
Funcionarios de la Comisión Europea afirman que Juncker - que fue primer ministro de Luxemburgo durante años y asumió el cargo ejecutivo en la UE en noviembre - teme que algunos líderes puedan estar subestimando el daño que una eventual salida de Grecia infligiría a la integración del bloque.
Schaeuble declaró a una cadena de televisión australiana el jueves que existe el riesgo de que Grecia salga del euro si fallan las negociaciones.
"Al igual que la responsabilidad, la posibilidad de decidir lo que suceda sólo depende de Grecia y como no sabemos exactamente qué están haciendo quienes están a cargo en Grecia, no podemos descartarlo", declaró.
Aunque a los griegos les disgustan los términos en virtud de los cuales los europeos y el Fondo Monetario Internacional rescataron financieramente al país desde 2010, la mayoría de los ciudadanos quiere que Grecia siga siendo parte de la zona euro.
Eso estaría en riesgo si el Gobierno se queda sin créditos, lo que haría que los bancos griegos pierdan acceso a euros del Banco Central Europeo (BCE).
TIEMPO PARA LA SOLIDARIDAD
Tsipras, que intenta satisfacer a prestamistas al mismo tiempo de mantener el respaldo de los votantes que lo eligieron en enero para poner fin a años de recortes de gastos, dijo que Grecia está haciendo su parte y que ahora otros deben ayudar a aliviar su "crisis humanitaria" y el elevado desempleo juvenil.
"Grecia ya ha comenzado a cumplir con sus compromisos (...) de modo que estamos haciendo nuestra parte y esperamos que nuestros socios hagan la suya", comentó Tsipras antes de sus conversaciones con Juncker.
"Estoy muy optimista (...) vamos a encontrar una solución porque creo enérgicamente que este es nuestro interés común. Creo que no existe un problema griego; hay un problema europeo", agregó.
Juncker, ex presidente del grupo de ministros de Finanzas de la zona euro, dijo que estaba tratando de ayudar a promover un acuerdo tras semanas de creciente frustración e incomprensión mutua entre el nuevo liderazgo griego y funcionarios como Schaeuble y el actual jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
El 20 de febrero, Tsipras aceptó extender el paquete de rescate financiero de 240.000 millones de euros hasta junio, pero las conversaciones sobre cómo Atenas cumplirá las condiciones para liberar más dinero comenzaron recién el miércoles en Bruselas.
El Eurogrupo acordó que se podrían entregar fondos siempre y cuando Grecia pruebe hasta el mes próximo que está cumpliendo con sus compromisos para reducir sus enormes deudas.
REUTERS