(París, 13 de marzo. EFE).- La subida del precio del petróleo en los dos últimos meses se ha frenado y tiende hacia la estabilización, aunque seguirá estando dominado por una gran volatilidad, según las predicciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
En su informe mensual divulgado hoy, la AIE explica que los precios del barril de Brent se han consolidado en torno a los 58 dólares (un 30 % más que en enero), mientras que los del petróleo intermedio de Texas (WTI) rondan los 48 dólares, pero ello no implica que haya terminado la inestabilidad.
En cuanto a la demanda, que tocó fondo en el segundo trimestre de 2014, la Unión Europea y Estados Unidos se han mostrado especialmente activos en el comienzo de este año, frente a China, lastrada por un languideciente desempeño macroeconómico.“Tras esa fachada de estabilidad, el reequilibrio originado por el desplome de los precios todavía tiene que seguir su camino, y podría ser demasiado optimista esperar que lo haga de forma tranquila”, señala el organismo.
La AIE, con sede en París y que representa los intereses energéticos de sus 29 países miembros, destaca además la resistencia de la demanda en Brasil, teniendo en cuenta sus pobres resultados macroeconómicos.
Mientras, la oferta global en febrero se situó en 94 millones de barriles diarios, una mejora de 1,3 mb/d respecto al mismo mes del año anterior.
Según el informe, la producción petrolera de la OPEP se redujo en 90.000 barriles diarios en febrero, para situarse en 30,22 millones de barriles, ya que las pérdidas en Libia e Irak (inmersos en sendos conflictos civiles) contrarrestaron la mayor oferta que Arabia Saudí, Irán y Angola colocaron en el mercado.
De hecho, las estimaciones de producción de crudo estadounidense en el último trimestre de 2014 han sido revisadas al alza en 300.000 barriles diarios.La brusca reducción de explotaciones petroleras en Estados Unidos explica el último rebote de los precios, considera la AIE, pero no parece que la oferta procedente de ese país vaya a frenar su marcha imparable, que le ha llevado a tirar del mercado en un tiempo de repliegue por parte de la OPEP.
Y, recuerda la AIE, las reservas petrolíferas de Estados Unidos se hallan en una cifra récord de 468.000 millones de barriles, según el último recuento, lo que de hecho podría suponer un desafío para sus propias capacidades de almacenaje.
Esta fortaleza estadounidense no asegura en absoluto que no se vayan a producir nuevas alteraciones en la oferta mundial, principalmente en los países que dependen en gran medida de unos precios altos del crudo.
En estos últimos, la baja recaudación por la exportación del petróleo puede acarrear problemas para financiar sus programas sociales, lo que derivaría en una mayor inestabilidad de sus sociedades.
Además, la fortaleza del dólar hará más complicado para empresas sin gran liquidez como la brasileña Petrobras pagar sus deudas y superar sus dificultades financieras.
Pese a todo, recuerda la AIE, la demanda de producto y la actividad de refinería han experimentado una inusual fortaleza a lo largo del invierno, aunque está por ver si podrá ser mantenida en el tiempo.
Ambas se han beneficiado de factores puntuales y excepcionales, como la ola de frío en Estados Unidos, que ha disparado el consumo de calefacción.
“Ese tipo de demanda es menos sostenible que la que es impulsada por un crecimiento económico subyacente, y todavía hay pocas señales en este momento de que los precios bajos están dando a la economía un verdadero estímulo”, según la AIE.