Mariah estuvo bebiendo ‘un porquito’ después de dar a luz pues una enfermera le dijo que eso, supuestamente, ayudaría con la lactancia de sus gemelos recién nacidos, Moroccan and Monroe.
Pero ‘alguien’ en la unidad de maternidad de la clínica, sorpresivamente, llamó al Servicio de Protección Infantil con urgencia pues, al parecer, la ganadora del Grammy estaba llenando su sistema de alcohol y pastillas preescritas para el dolor.
El drama se desencadenó cuando, el 12 de mayo, un oficial de la policía arribó a la habitación en la que Carey se había estado quedando con sus hijos desde el 30 de abril, día en que nacieron.
“Servicios de Protección al Menor fue llamada con supuestas alegaciones de que había un problema de drogas mientras estábamos en el hospital”, dijo Nick Cannon -esposo de la artista- en vivo y directo para el programa norteamericando Piers Morgan Tonight, “¿Qué clase de hospital permite eso? ¡No tiene sentido!”, recriminó molesto.
“Todo empezo cuando una de las enfermeras le sugirió a mi esposa que tomara algunos sorbos de Guinness (cerveza) pues así se haría muchísimo menos complicada la lactancia. La verdad, no sé si alguien escuchó mal o si se crearon una historia del consejo, pero luego de unas horas empezaron a circular los rumores de que Mariah estaba consumiendo alcohol como loca. Es increíble lo que hace la gente para construir una historia tan bizarra”.
Al parecer, y de acuerdo con Showbiz411, la ‘enfermera’ esperaba poder estafar a Mariah y si no lo conseguía, iría a un tabloide a vender su historia lo más rápido posible.
Finalmente, la pareja arregló el problema con la justicia y se resolvió despedir a la muchacha de su trabajo en el recinto.
Fuente: The Hollywood Reporter
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