AFP) Dominicana está llamada a elegir el domingo nuevo presidente entre el oficialista Danilo Medina y el exmandatario Hipólito Mejía, quienes prometieron combatir el alto costo de la vida y la corrupción en este pequeño país caribeño que capeó la crisis económica mundial.
Medina, de 60 años, y Mejía, de 71, que segúnlas encuestas disputarán el domingo una reñida primera vuelta para suceder al mandatario Leonel Fernández, se miden en las urnas por segunda ocasión, pues ya compitieron por la silla presidencial en 2000, cuando resultó ganador el actual candidato opositor.
Combatir la inflación, superior al 7% en 2011, el desempleo de 14,6%, la corrupción o la inseguridad son las principales promesas de ambos candidatos, respondiendo a los requerimientos más urgentes de los ciudadanos de este país de diez millones de habitantes y 6,5 millones de electores.
Dominicana resistió la crisis económica mundial y creció en los últimos años, pero aún tiene grandes desigualdades sociales, con un índice de pobreza de 30%, difícil de combatir con una economía dependiente de las remesas y el turismo, atada a los créditos del Fondo Monetario Internacional y al combustible financiado que recibe de Venezuela.
Así, Medina, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD, liberal) y quien acude a la justa electoral junto a la esposa del presidente saliente, Margarita Cedeño, candidata a la vicepresidencia, espera favorecerse del crecimiento de la economía bajo el actual gobierno (4,5% en 2011), aunque propone nuevas formas de distribuir los ingresos.
Un total de 328.000 electores en el exterior, un tercio de los cuales reside en Nueva York, están llamados a votar al próximo presidente, además de elegir por primera vez a siete diputados de ultramar.
Medina realizó una campaña basada en su voluntad de continuar con la línea de gobierno de Fernández, pero al ser tildado por algunos de simple continuista, trató de modificar su mensaje promoviendo en la fase final un nuevo eslogan, “El cambio seguro”, apuntando que un gobierno de Mejía sería impredecible.
Por su parte, el expresidente Mejía (2000-2004), del Partido Revolucionario Dominicano (PRD, socialdemócrata), espera capitalizar el descontento acumulado tras ocho años de gobierno de Fernández, especialmente entre los más pobres, que –según dice– no se han visto beneficiados por el crecimiento económico.
Con eslóganes como “Por un mejor país, pero para todos” o “Llegó papá” el carismático Mejía, de estilo muy directo y popular, ha prometido sobre todo mejoras en el área agrícola y en la asistencia social a los más necesitados.
Sin embargo, el recuerdo de su gobierno, bajo el que Dominicana vivió una fuerte crisis financiera que llevó a la quiebra de varios bancos y al aumento de la inflación, puede jugar en su contra para alcanzar su segunda presidencia.
“A Mejía se le señala de que en su gobierno fue incompetente, mientras que a Medina se le tilda de continuista”, dice a la AFP el politólogo Rafael Toribio, al asegurar que “la campaña no ha girado fundamentalmente en torno a las propuestas, sino en torno a cuál de los dos candidatos que tienen opción de poder es peor“.
Ante esto, Toribio, director del Centro de Gobernabilidad Democrática y Gerencia Social dominicano, apunta que “los ciudadanos no partidariamente comprometidos están cansados y esperan de los dos candidatos un verdadero cambio en la forma de hacer las cosas, lo que va a ser el gran desafío del próximo gobierno, porque en los últimos años el país ha crecido económicamente, pero mantiene un pésimo desarrollo humano”.
En estas elecciones, cuya campaña dejó dos muertos en disturbios entre militantes,compiten otros cuatro candidatos de partidos minoritarios — el ex fiscal Guillermo Moreno, el excandidato presidencial Eduardo Estrella, el ex ministro Max Puig y el abogado Julián Serulle — sin posibilidades de ganar, pero que podrían forzar una segunda vuelta si el apoyo que reciben este domingo no permite a Mejía o Medina ganar con más del 50% de los votos