La altas temperaturas regresaron hoy a Argentina, que vivirá los próximos días una nueva ola de calor con previsiones de hasta 40 grados centígrados de máxima y mínimas de entre 23 y 25 para el fin de semana, según estimaciones del Servicio Nacional de Meteorología (SNM).
La alerta amarilla rige desde hoy en la ciudad de Buenos Aires y su área urbana, aunque el SNM ha alertado de que el fuerte calor afectará a todo el centro y norte del país, así como al área patagónica, en el sur argentino.
Esta será la tercera ola de calor que vive Argentina desde la llegada del verano, aunque no será tan extensa como las que sufrió el país en diciembre, cuando las altas temperaturas castigaron a buena parte del territorio durante nueve días consecutivos, registrando récords históricos.
Con la llegada del calor regresan también los temores de la población ante posibles nuevos fallos en el suministro eléctrico, como los que afectaron el mes pasado a miles de ciudadanos sobre todo de la capital argentina y su área metropolitana.
A través de las redes sociales, algunos vecinos denunciaron este miércoles cortes de luz puntuales en varios barrios de Buenos Aires, como consecuencia del abrupto incremento del consumo de energía.
Con el fin de evitar nuevos incidentes, la eléctrica Edesur, filial de la española Endesa, presentó ayer al Gobierno un Plan de Contingencia que contempla "un relevante aumento de recursos humanos y materiales, a efectos de minimizar potenciales inconvenientes frente a nuevas situaciones que pudieran presentarse".
"Este Plan se está compartiendo con el Gobierno a efectos de una máxima coordinación", aseguró la empresa de distribución de energía en un comunicado.
En diciembre, entre protestas y reclamaciones de los usuarios, el Gobierno instó a Edesur y a Edenor, de capitales argentinos y responsable también del suministro eléctrico en el área bonaerense, a solucionar de manera rápida y eficaz los problemas de los ciudadanos bajo amenaza de una posible nacionalización.
El pasado día 10 de enero, el Ejecutivo de Cristina Fernández aumentó los controles sobre ambas empresas, que deberán informar diariamente sobre los cortes en el suministro e incrementar la cantidad de personal dedicado a las reparaciones en la red.
Previamente, el Gobierno les había retirado la gestión de fondos estatales para mejoras en la red eléctrica, además de establecer compensaciones económicas a los usuarios, en concepto de los perjuicios ocasionados durante los apagones.
EFE