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lunes, 20 de enero de 2014

Mario Villegas: “Ni los dólares son del gobierno ni es una concesión graciosa otorgárselos a los periódicos”

 Para el periodista Mario Villegas “dimensiones verdaderamente preocupantes ha alcanzado la insuficiencia de papel periódico en el país, lo cual ha forzado el cierre de varios diarios en el interior de la república y amenaza la estabilidad y la propia existencia de muchos otros”.
En su columna “Puño y letra”, publicada por el Diario 2001, Villegas asegura que estar “oportuna y verazmente informado” es una necesidad reconocida en nuestra Constitución, por lo que “el estado, como mandatario de la voluntad popular y administrador del tesoro público que es, está en el deber de garantizar las condiciones y oportunidades para que ese derecho ciudadano se materialice sin obstáculos burocráticos ni exclusiones indebidas”.
Lea a continuación la columna completa:
Dimensiones verdaderamente preocupantes ha alcanzado la insuficiencia de papel periódico en el país, lo cual ha forzado el cierre de varios diarios en el interior de la república y amenaza la estabilidad y la propia existencia de muchos otros, ya no solo en el ámbito regional sino incluso nacional.
Ni la autorización a los medios para que estos importen las bobinas ni la posterior liquidación de las divisas por parte del estado han fluido con la eficacia necesaria para que las empresas periodísticas operen sin turbulencias.
¿Se trata de un mecanismo de castigo, de presión o de coacción a los medios para que modifiquen sus líneas editoriales e informativas? Muchos representantes de las empresas periodísticas lo creen así, lo mismo que organizaciones gremiales y sindicales de los trabajadores de la prensa.
Pero ya sea que se trate de una maniobra gubernamental de mala fe para que los periódicos dobleguen sus líneas editoriales e informativas ante el gobierno, o bien que sea resultado de la ineficacia burocrática de los funcionarios y entes oficiales a los que corresponde autorizar y proveer las divisas necesarias para la importación del papel, lo ciertos es que el efecto termina siendo el mismo: se vulnera a la ciudadanía el derecho a recibir información oportuna y veraz a través del medio o el abanico de medios que le merezcan confianza.La sospecha no deja de tener sus fundamentos, dada la constante descalificación y amenazadera contra los editores y los periodistas.
Aún con el acelerado y apabullante desarrollo de los medios digitales y audiovisuales, son millones los seres humanos que en todo el planeta continúan informándose a través de medios impresos.
Esa realidad se expresa igualmente en Venezuela, donde no sólo se mantienen en circulación numerosos diarios nacionales, regionales y locales, sino que además han nacido muchos otros en estos últimos años.
Si no fuera tan importante la comunicación impresa, el gobierno nacional no habría creado tantos diarios, semanarios, revistas y muchos otros instrumentos de comunicación impresa, para los que entiendo hasta ahora no les ha faltado papel.
En la sociedad de hoy, estar oportuna y verazmente informado es una necesidad básica, y así lo reconoce nuestra constitución nacional cuando la garantiza como un derecho ciudadano.
Cada persona tiene el exclusivo derecho de escoger a través de cuál o cuáles medios satisface ese derecho. Cada ciudadano tiene derecho a acceder a aquel o a aquellos medios que le generen confianza y credibilidad.
Y el estado, como mandatario de la voluntad popular y administrador del tesoro público que es, está en el deber de garantizar las condiciones y oportunidades para que ese derecho ciudadano se materialice sin obstáculos burocráticos ni exclusiones indebidas.
Los dólares que administra el gobierno provienen de la riqueza petrolera, que nos pertenece a todos por igual, así como de los impuestos que el estado recaba mediante el aporte de todas las personas naturales y jurídicas.
Esos recursos no son patrimonio del gobierno sino de la sociedad toda, como tampoco la asignación de divisas a los individuos o a las empresas constituye ninguna graciosa concesión del régimen de turno.
Así que el gobierno, que según ha dicho claramente el presidente Nicolás Maduro, tiene los dólares necesarios para atender las distintas necesidades de la economía y de la sociedad, está en la obligación de proveer oportunamente las divisas necesarias para que no se vea afectada lacirculación de la prensa escrita en toda su variedad, ni mucho menos coartado el derecho ciudadano a la información.
Las empresas, por su parte, tienen la obligación de cumplir los debidos procedimientos administrativos y de rendir la debida cuenta de sus adquisiciones.
En definitiva, la insuficiencia de papel periódico tiene como principal víctima a la población usuaria de los medios impresos, en segundo término a las decenas de miles de familias cuyo sustento se deriva del trabajo que numerosos profesionales, técnicos, obreros y empleados administrativos prestan a las empresas periodísticas y demás ramos conexos, y finalmente a la economía venezolana, que tiene en la prensa nacional y regional una importante y pujante industria.
“Periódicos sin papel”
Por: Mario Villegas
mariovillegas100@gmail.com

Twitter: @mario_villegas