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miércoles, 10 de septiembre de 2014

Infarto agudo de miocardio: cuando el corazón deja de respirar

Emilio Botín, presidente del Grupo Santander, ha fallecido a los 79 años tras sufrir anoche un infarto de miocardio en su vivienda de Madrid. El infarto de miocardio aparece por un riego sanguíneo insuficiente debido a la obstrucción de una arteria, y puede ser de pequeña extensión, que no impide llevar una vida normal en la que se deben controlar factores de riesgo como el colestrol, el tabaco, la hipertensión, el sedentarismo o la diabetes.
Peor pronóstico tiene el infarto agudo extenso, ya que aunque la mayoría de los pacientes sobreviven, debido al daño que se ha producido en el corazón, explican desde la Fundación Española del Corazón (FEC), desarrollarán insfuciencia cardiaca, una enfermedad que condiciona su calidad de vida. En los casos en los que la lesión del corazón es muy grande se puede producir un 'infarto masivo', en la mayoría de los casos mortal.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), cada año se registran en los hospitales españoles unos 50.000 infartos. Los datos muestran que la mortalidad intrahospitalaria es dispar en las distintas comunidades autónomas: la tasa media de mortalidad intrahospitalaria por infarto agudo de miocardio, estandarizada según el riesgo, se sitúa en el 7,84%. En 2012 fallecieron en España 17.644 personas a causa de un infarto, 7.356 mujeres y 10.288 varones.

Síntomas comunes

El infarto de miocardio se manifiesta con dolores o presión en la zona torácica, sensación de agotamiento, cansancio, mareos y dolor o calambres en el brazo izquierdo. Estos dolores no ceden aunque la persona haga reposo. Los habituales son:
Dolor de pecho intenso y prolongado, que se percibe como una presión intensa y que puede extenderse a brazos y hombros (sobre todo izquierdos), espalda e incluso dientes y mandíbula.
- Dificultad para respirar y sudoración.
Mareo -el único síntoma en un 10% de los casos-. También puede aparecer náuseas y vómitos.

¿Qué hacer?

Ante una sospecha de infarto todo individuo debe acudir lo más rápidamente posible a un Servicio de Urgencias. Lo más adecuado es avisar al Servicio de Atención Urgente Domiciliaria que corresponda (Telefono 112) para que se le apliquen los tratamientos médicos más adecuados de la forma más rápida posible.ABC