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miércoles, 10 de septiembre de 2014

Tomar demasiados ansiolíticos puede aumentar el riesgo de alzhéimer

Cuidado con los ansiolíticos. A largo plazo, su consumo para tratar problemas de ansiedad y del sueño puede estar relacionado con la enfermedad de Alzheimer. Lo dice una investigación que se publica en «British Medical Journal», que subraya que los tratamientos con estos medicamentos deben ser lo más cortos posibles.
Actualmente hay en el mundo 36 millones de personas con demencia y se espera que dicho número se duplique cada 20 años, llegando a 115 millones en 2050. Sin embargo, aunque algunos estudios había sugerido una relación de benzodiazepinas –un tipo común de ansiolíticos- y un mayor riesgo de demencia, hasta ahora no había resultados concluyentes.
Tomar demasiados ansiolíticos puede aumentar el riesgo de alzhéimerAhora, un equipo de investigadores de Francia, Universidad de Burdeos, y Canadá, Hospital Universitario de Montreal, ha analizado ahora la relación entre el riesgo de padecer alzhéimer y el consumo de benzodiazepinas a largo plazo, así como una posible relación dosis-respuesta. Gracias a una base de datos, los investigadores siguieron el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer en una muestra de personas de edad avanzada que viven en Quebec, Canadá, a los que se habían prescrito benzodiazepinas.

Casi el 50%

Y los resultados fueron concluyentes: el consumo en el pasado de benzodiazepinas durante al menos meses se asoció con un mayor riesgo (hasta un 51%) de alzhéimer. La fuerza de dicha relación se incrementaba a medida que el consumo de estos medicamentos había sido más prolongado.
No obstante los expertos reconocen que aunque la naturaleza de esta relación no es definitiva, sus datos refuerzan la sospecha de una posible asociación directa. E incluso sugieren que el uso de benzodiacepinas también podría ser un marcador precoz de una enfermedad asociada con una mayor riesgo de demencia.
No se trata de demonizar a las benzodiazepinas, que son «herramientas indiscutiblemente valiosas para el manejo de los trastornos de ansiedad y el insomnio transitorio», dicen los investigadores, pero advierten que los tratamientos «deben ser de corta duración y no superior a tres meses».

Consumo generalizado

Los autores concluyen que sus hallazgos son de «gran importancia para la salud pública, especialmente teniendo en cuenta la prevalencia y cronicidad del consumo de benzodiazepinas entre la población de edad avanzada y la alta y la creciente incidencia de demencia en los países desarrollados». Por ejemplo, en España, según la Agencia Española de los Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), el consumo de ansiolíticos está por encima de la media europea. Se calcula que un 11% de la población española puede consumir estos medicamentos, cifra que puede haber aumentado por la situación económica que atraviesa nuestro país.
Por eso, los autores de este trabajo, subrayan que «es el momento de alentar a los médicos a sopesar cuidadosamente los beneficios y riesgos al iniciar o renovar un tratamiento con benzodiazepinas y productos relacionados, especialmente en los pacientes de edad avanzada».
En un editorial acompañante, el profesor Kristine Yaffe, de la Universidad de California en San Francisco, y el profesor Malaz Boustan, del Centro de laUniversidad de Indiana para la Investigación del Envejecimiento, recuerdan que en 2012 la Sociedad Americana de Geriatría actualizó su lista de medicamentos inapropiados para los mayores para incluir las benzodiazepinas, precisamente a causa de sus efectos secundarios cognitivos no deseados. Sin embargo, casi el 50% de los mayores sigue utilizando estos medicamentos.ABC