La opción más sencilla para Ricky Martin sería omitir aquellos países que no respetan los derechos de los homosexuales de sus giras sin pensarlo dos veces, sin embargo, él sigue soñando con poder actuar de nuevo en Rusia -donde existe una ley que prohíbe la difusión de información sobre las “relaciones sexuales no tradicionales” entre menores- para demostrar que es una persona tan normal como cualquier otra, independientemente de su
orientación sexual.
En la memoria de Ricky, el día que reconoció públicamente su homosexualidad en 2010 ha quedado grabado como uno de los más felices de su vida por la sensación de libertad que sintió, lo que explica por qué a día de hoy trabaja en busca de la normalización.
“El día que salí del clóset gané de repente 80.000 seguidores en Twitter. Desde entonces, vivo en una subida constante. Lo hice porque tenía que hacerlo, porque por fin había superado esa obsesión que tenemos todos de ser aceptados por los demás. Cuando por fin me permití a mí mismo librarme de esa obsesión, me convertí en una persona más feliz. Es difícil llegar a ese momento, pero una vez que lo consigues, eres libre. Es algo maravilloso”, recordaba el cantante en conversación con el portal Yahoo Music.