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miércoles, 6 de noviembre de 2013

Argentina se bajó del ejercicio de guerra más grande de América

Los radares de la Fuerza Aérea hicieron el lunes el seguimiento de los caza F-16 de la Fuerza Aérea de Chile que atravesaron el territorio argentino con destino a Natal, en el norte de Brasil, para sumarse al ejercicio combinado Crucex 2013. Pese a haber comprometido su presencia –y a que la planificación con las fuerzas aéreas de otros países llevaba más de un año–, los aviones argentinos se quedaron en tierra: el Congreso no aprobó a tiempo la autorización para su salida, aunque la UCR denunció que la cuestión de fondo es la falta de aeronaves en condiciones.
El Crucex, iniciado en 2002 y ya en su séptima edición, es el mayor ejercicio de guerra aérea de América. Este año intervienen 90 aeronaves y 2 mil efectivos de Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, EE.UU., Uruguay y Venezuela.
Clarín consultó a la oficina de prensa del ministro de Defensa, Agustín Rossi, pero no obtuvo respuesta: no hubo explicación oficial sobre la cancelación. El diputado radical Julio Martínez, en cambio, afirmó a este diario queDefensa “envió tarde” al Senado (dijo que el 10 de octubre) el pedido de autorización, “y en plena campaña electoral. El mismo kirchnerismo lo planchó, no hubo voluntad de tratarlo”.
Y fue más allá al insistir en que la falta de aprobación legislativa buscó “enmascarar” las falencias que existen con los medios aéreos. “Tratan de dibujar un papelón internacional. Tenemos información de la fuerza de que no tenían aviones para ir, que faltan recursos. Los pocos A-4AR que funcionan están sosteniendo precariamente el Escudo Norte”, dijo por el operativo de vigilancia y control del narcotráfico, donde la Fuerza Aérea presta apoyo a las fuerzas de seguridad.
La Argentina se había anotado con seis cazas A-4AR y un Hércules. En tiempos de paz, los ejercicios son la razón de ser de la profesión militar, y aunque puedan durar unos pocos días en el terreno, son la culminación de extensos preparativos. Pero los A-4AR basados en Villa Reynolds, San Luis, tuvieron que quedarse en tierra. No es el primer papelón internacional de este tipo: en 2008 y 2010, también se canceló la asistencia al Crucex porque el Congreso no autorizó a tiempo.
Brasil se vio obligado a agregar aviones propios para suplantar a los argentinos.
En medio de todo, la polémica, Clarín publicó en marzo un informe de diputados de la UCR que indicaba que sólo el 17% de los aviones de la Fuerza Aérea estaban en condiciones de volar. Saliendo al cruce de estas explicaciones, fuentes militares aseguraron a Clarín que para ir al Crucex “teníamos de cuatro a cinco A-4AR listos para despegar, y quizás un Hércules. Contábamos con los recursos. Pero de golpe nos encontramos con ésto”. Para graficar la frustración, señalaron que durante meses hicieron maniobras de preparación para cuando tuvieran que operar en el Crucex –bajo metodología OTAN–, con las fuerzas aéreas de los otros países.
Con bases en Natal y Recife, los primeros vuelos del Crucex tuvieron lugar ayer. “Estamos hace 15 meses planeando el ejercicio, todo sucederá de acuerdo a lo previsto. Lamentamos que Argentina no vino”, expresó el brigadier del aire Mario Luis da Silva, director del Crucex 2013.
La Fuerza Aérea venía de recibir el cachetazo de tener que levantar el teléfono para cancelar con los brasileños cuando el lunes, el ministro Rossi les habló de “futuro” y elogió la actitud del jefe aeronáutico, el brigadier mayor Mario Callejo, por el hallazgo de documentación de la última dictadura.
EL CLARIN