Google y su estrategia para perpetuarse en el poder
A los más entendidos en la materia no les habrá pillado por sorpresa, pero desde luego es la gran pregunta de la semana en el ámbito tecnológico: ¿Por qué Google ha comprado Nest, una empresa de detectores de humo? El usuario básico que todavía lo percibe como un simple buscador de información en internet no entenderá que la adquisición de esta empresa le haya costado a Google 3.200 millones de dólares.
Pero los analistas del mercado tecnológico han visto en este hecho un paso más en la estrategia de Google, que quince años después de su fundación es toda una empresa global. Esa evolución se ha gestado a través de dos formulas. Por un lado, el desarrollo y la innovación de sus propios productos, y por otro la adquisición de compañías punteras o prometedoras. «Google ya es monopolista en el control de la información y camina hacia un monopolio en el desarrollo tecnológico», señala Alejandro Suárez, autor del libro «Desnudando a Google».
La adquisición de YouTube en octubre de 2006 hizo bueno el dicho «si no puedes con tu enemigo, únete a él» o en este caso, cómpralo. La compañía había lanzado Google Video para tratar de plantar cara al que ya por entonces se había convertido en el gran portal de subida y difusión de vídeos de la Red. El servicio de Google quedó relegado a simple buscador de vídeos, hasta que el 3 de julio de 2012 la compañía anunció su cierre definitivo.
En abril de 2007 Google se hizo con Double Click, una empresa que desarrolla y ofrece servicios de anuncios en internet. El buscador llevaba cerca de una década recopilando datos de sus usuarios en todo el mundo, ahora llegaba el momento de comenzar a sacar rédito y aprovechar toda esa información. Los 3.100 millones de dólares que desembolsó la convertían por entonces en su mayor adquisición.
El gigante de internet le debe casi todo a la publicidad, ya que el 90% de sus ingresos anuales, 50.000 millones de euros anuales, provienen de ella. Desde entonces, el valor de marca de Google se ha disparado, desde los 8.461 millones de 2005 hasta los 93.291 millones que valía en 2013, según Interbrand. Esto la convierte en la segunda compañía más valiosa del mundo, sólo por detrás de Apple.
Liderar el sector móvil, garantía de futuro
Pero hay que remontarse al año 2005 para encontrar la verdadera «ganga» en su historial. Los apenas 50 millones de euros que desembolso para hacerse con el control de una pequeña compañía fundada en 2003, pasando además a su nómina de empleados a sus creadores. El líder de ese equipo era Andy Rubin y el nombre de la empresa, Android. Google había apoyado esta empresa en sus inicios, y apenas tardó un par de años en hacerse con ella. El resto del relato es conocido: es el primer sistema operativo del mundo, y en 2014 estará presente en 1.102 millones de dispositivos. Muy por delante de Apple y Windows, cada una de ellas se mantendrá en torno a 350 millones.
El último paso de Google por hacerse con el control del mercado móvil fue la compra de Motorola por 12.500 millones de dólares. Aunque esta operación todavía no aporta rendimiento económico a su imperio, puso de manifiesto entrar de lleno en la fabricación de terminales. Suárez establece en esta realidad lo que permitirá a Google mantenerse como una compañía líder: «Con estas adquisiciones Google lo que hace es montarse un seguro de vida. Cada día se activan 1,5 millones de móviles Android en el mundo, cuando la web deje de ser lo primordial en favor del móvil Google se habrá garantizado su dominio también en este mercado. No quiere que le pase como a IBM o Microsoft que se quedaron atrás tras ser los pioneros del campo de la informática».
El siguiente paso en esta constante evolución, en la búsqueda del dominio perpetuo del desarrollo tecnológico, es la robótica y la inteligencia artificial. Google busca prevalecer, y en esa dinámica se entiende la compra de la compañía de robots Boston Dynamics, una compañía que había trabajado para el Pentágono. Llama especalmente la atención el robot cuadrúpedo. La otra pata que marcará la siguiente revolución tecnológica es lo que llaman «internet de las cosas». Aquí entra la compra de Nest, realizada esta semana y con la que desde el punto de vista de Google adquiere una compañía líder en hogares conectados.
Un desarrollo tecnológico envidiable
Pero para llegar a esa posición de primacía que le ha permitido ir comprando compañías hasta alcanzar una posición vanguardista en el desarrollo tecnológico y casi monopolistica en los flujos de datos e información, Google ha alcanzado el liderazgo en los servicios básicos de internet: Gmail es el servicio de correo electrónico más utilizado del mundo, con 425 millones de usuarios en todo el mundo; Google Chrome es el más popular de los navegadores, con una cuota de mercado en todo el mundo cercana al 50%. Además sigue a la vanguardia en la innovación de «gadget». En ese apartado las Google Glass podrían marcar un antes y después en la forma de comunicación, siempre con la sombra de un intrusismo en la privacidad.
Más de una década acumulando datos e información, para posteriormente aplicarla en los nuevos conceptos que marcan las sucesivas evoluciones tecnológicas. Probablemente siempre sea un buscador, pero eso no será más que la fachada de todo un complejo conglomerado en constante evolución.