(dpa) - Ni Berlusconi, ni cifras de desempleo ni mafia: el diario italiano “L’Ottimista” publica desde hace un año solo buenas noticias. Para su redactor jefe es el complemento necesario a la prensa en el país y no considera que suponga un dilema desde el punto de vista periodístico.
Noticias como que un refugiado rescata a un niño antes de morir ahogado ante la costa de Lampedusa; científicos que descubren que los enamorados tienen una sensibilidad menor al dolor. Un hombre rescata a una mujer de debajo de los escombros en Japón.
Se trata exclusivamente de historias con buenas noticias las que “L’Ottimista” viene publicando desde hace un año. Son buenas nuevas que surgen en un panorama mediático protagonizado por las escapadas del jefe de gobierno Silvio Berlusconi, los manejos de la mafia y la mala situación económica en Italia.
“Nuestras noticias no son las que más se escuchan, no piden atención a gritos”, dijo en entrevista con dpa Luca Marcolivio, el redactor responsable del diario, que fundó en febrero de 2010. “Aun cuando nuestras noticias no vayan sobre sexo y violencia, tienen su razón de ser”.
El periodismo, tal como se ejerce en Italia, siempre muestra una cara de la moneda, estima Marcolivio, de 34 años. “Es por ello que nosotros queremos mostrar la otra cara”.
Pero ¿no es demasiado parcial mostrar sólo las buenas noticias? “No -replica Marcolivio- pues de las cosas malas que pasan en el mundo la gente ya se entera igualmente”.
Así, los redactores de “L’Ottimista” renuncian en general a la información política. Tampoco escriben por ejemplo sobre la mafia, aunque sí informan sobre iniciativas y aniversarios relacionados con el crimen organizado. Además, han incluido las secciones “Vida y Famila” y “Lo santo”. “Somos italianos, marcados por el catolicismo, pero nos consideramos independientes de la Iglesia”, puntualizó Marcolivio.
“L’Ottimista” se publica online y una vez a la semana en papel. Su dirección está en manos de seis periodistas y entre tanto tiene una tirada de entre 8.000 y 10.000 ejemplares.
La sede de la redacción se encuentra en el centro de Roma, en un imponente edificio con portero y alfombra roja en la entrada. Sin embargo, en la redacción, ubicada en el segundo piso, hay ordenadores antiguos sobre mesas de madera. Ahora ya entra algo de dinero con los anuncios, pero la publicación depende todavía de las donaciones.
La idea de producir un diario únicamente con buenas noticias no es nueva. Sobre todo en Estados Unidos hubo en el pasado varias publicaciones de propósitos similares como el “Newark Weekly News” o el diario de Internet «happynews.com», en su mayoría con una participación activa de los ciudadanos y una marcada impronta religiosa.
A pesar de ser todavía joven, Luca Marcolivio tiene una amplia experiencia en el periodismo. Durante 10 años trabajó para un diario local cubriendo delitos violentos, accidentes de tráfico y tejemanejes políticos. En tanto renunció al ideal de que como periodista en Italia se podía informar de algo, esclarecerlo y contribuir a cambiarlo. Pero lo que no perdió fue el optimismo. “Existe el mal, pero se puede vencer”, asegura.
Para Marcolivio, el optimismo es una forma muy italiana de ver el mundo. “El don de la improvisación, el arte de sacar lo mejor de todo está en nuestro ADN”, añadió. Es por ello que “L’Ottimista” tiene un buen eco entre los lectores. Marcolivio asegura que ha recibido numerosas cartas indicándole que hacía tiempo que esperaban este tipo de diario.
Lo que no está claro es hasta qué punto publicaciones como “L’Ottimista” ceden en su labor periodística de informar, al dividir las noticias en “buenas” y “malas”. Pero Luca Marcolivio sabe a ciencia cierta que quiere seguir siendo optimista en su trabajo, aun cuando corra el peligro de no mencionar determinadas prácticas viciadas en su país.
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