EFE) El rechazo a la sentencia contra el expresidente egipcio Hosni Mubarak y a la candidatura presidencial del militar retirado Ahmed Shafiq fueron hoy de nuevo los detonantes que sacaron a la calle a decenas de miles de egipcios.
En el denominado “Viernes de la perseverancia”, la cairota plaza Tahrir volvió a acoger una multitudinaria manifestación para exigir que se repita el juicio contra Mubarak y se expulse de la carrera electoral a Shafiq, según pudo constatar Efe.
Para la profesora Sahar Hafez ambos asuntos están relacionados: “Significa que nada ha cambiado y que el antiguo régimen sigue presente mientras que la sangre de los mártires ha sido derramada”, subrayó.
Hafez aseguró a Efe, mientras seguía una de las marchas de jóvenes que llegaban a Tahrir, que lo importante en estos momentos es que los egipcios permanezcan “unidos”.Mubarak fue condenado el sábado pasado a cadena perpetua por la matanza de manifestantes, pero el juez absolvió a seis altos mandos del Ministerio del Interior por el mismo caso, y a los hijos del expresidente de cargos de corrupción.
En su opinión, la “última oportunidad” es que se unan los candidatos derrotados Hamdin Sabahi (naserista) y Abelmoneim Abul Futuh (islamista moderado) con Mohamed Mursi, el aspirante de los Hermanos Musulmanes que pasa a la segunda vuelta contra Shafiq.
“Abajo Shafiq”, “La revolución continúa” y “Los revolucionarios no somos baltaguiya (agitadores violentos)” eran algunos de los lemas coreados por los manifestantes y proclamados desde las tribunas levantadas en la plaza.
Esta ley, aprobada por el Parlamento y ahora en estudio en la Corte Constitucional, impide a los altos cargos del antiguo régimen presentarse a las presidenciales, lo que dejaría fuera de la carrera electoral a Shafiq, último primer ministro de Mubarak.La manifestación de hoy, convocada por la mayoría de las fuerzas políticas, entre ellas los Hermanos Musulmanes, y por grupos de jóvenes revolucionarios como el Movimiento 8 de Abril, tiene también como objetivo pedir que se aplique la conocida como Ley de Aislamiento.
Durante el rezo del mediodía en la plaza, que permaneció cerrada al tráfico, el imán revolucionario Mazar Shahin, considerado “el imán de la revolución”, pidió en su sermón que se juzgue de nuevo a los asesinos de los manifestantes y que se aplique la Ley del Aislamiento.
Esta manifestación tiene lugar a una semana de la segunda vuelta de las elecciones, en la que se enfrentan dos modelos antagónicos: un remanente del antiguo régimen y un islamista de los poderosos Hermanos Musulmanes.