Un fármaco recientemente aprobado en Estados Unidos ofreció resultados alentadores en dos tipos raros cáncer de piel, según un estudio publicado por el New England Journal of Medicine el miércoles.
El fármaco, Erivedge (vismodegib), fabricado por Genentech, la filial estadounidense del gigante farmacéutico suizo Roche, fue aprobado por la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) en una acelerada revisión en enero.
El medicamento tiene como objetivo el carcinoma de células basales, que es la forma más común de cáncer de piel en el mundo.
El carcinoma de células basales, que raramente resulta mortal, es responsable por el 80% de los cáncer que no son melanoma y se diagnostican dos millones de nuevos casos cada año en Estados Unidos.
La revista publicó dos estudios que mostraron cómo el medicamento ayudó a varios pacientes que padecían dos inusuales variaciones de carcinoma de células basales: el carcinoma de células basales en etapa de metástasis y el síndrome Gorlin, también conocido como síndrome basal celular Nevus.
No hay ningún otro tratamiento conocido para el síndrome Gorlin, que afecta a una de cada 50.000 personas y supone el constante crecimiento del tumor, que a menudo no resulta mortal pero que puede causar cicatrices y requiere de frecuente cirugía.
Pero las personas con síndrome Gorlin que tomaron vismodegib desarrollaron una media de dos tumores por año, comparado con los 29 nuevos tumores que se produjeron en las personas que tomaron placebo, afirmó el estudio.
Cuando se trató de personas cuyo cáncer de célula basal en estado de metástasis, el estudio mostró que un 30% de los 33 pacientes respondió al tratamiento, lo que significa que sus tumores se redujeron.
Un 43% de 63 sujetos con carcinoma de células basales local respondieron de la misma manera.
"Es un día clave para los pacientes con carcinoma de células basales y para aquellos a cargo de su cuidado, el mayor avance en la terapia que se ha visto para esta enfermedad", afirmó en un editorial que acompañaba a la publicación John Lear, un consultor dermatólogo del Manchester Royal Infirmary en Gran Bretaña.
Sin embargo apuntó a que la tasa de efectos secundarios, que incluyen pérdida del gusto, de pelo y calambres en los músculos, hizo que mucha gente abandonara el estudio de manera temprana.
"Los efectos secundarios son considerablemente frecuentes, lo que resulta en una elevada tasa de discontinuidad (en la toma) del medicamento, y esos niveles serán probablemente mayores en la práctica clínica", afirmó Lear.
Se necesita más investigación para determinar cuánto tiempo necesita el medicamento para acabar con el cáncer, cual es la población que puede beneficiarse más de ella y cuando debería de ser administrada de forma óptima, añadió.
AFP