La ex primera ministra y líder opositora ucraniana Yulia Timoshenko fue condenada hoy a siete años de prisión tras ser declarada culpable del delito de abuso de poder.
La sentencia fue dictada por el magistrado Rodión Kiréyev en una audiencia celebrada en el juzgado del distrito Pechora de Kiev y trasmitida en directo por la televisión ucraniana.
Además, Timoshenko fue inhabilitada por tres años para ocupar cargos públicos, tal y como lo había solicitado la fiscalía, lo que teóricamente no podrá participar en las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales.
El juez declaró que Timoshenko, excediéndose en sus facultades, impartió instrucciones para la firma en 2009 de acuerdos gasísticos con Rusia que supusieron para la corporación ucraniana Naftogaz pérdidas por 1.500 millones de grivnas, unos 187 millones de dólares al actual tipo de cambio.
Según el fallo, la ex jefa de Gobierno tendrá que reembolsar esa suma, para lo que le será confiscada su vivienda. Timoshenko intentó interrumpir la lectura del fallo acusando al juez de "arrebatarle la libertad a Ucrania".
"La condena no me detendrá. ¡Viva Ucrania!", dijo Timoshenko, quien adelantó que recurrirán ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y añadió: "No hay ninguna esperanza en nuestra justicia".
Desde el banquillo de los acusados la ex primera ministra ha denunciado durante todo el proceso que la persecución judicial en su contra ha sido orquestada por el actual presidente del país, Víctor Yanukóvich, por motivos estrictamente políticos.
La acusación argumentó que Timoshenko, en prisión preventiva desde agosto pasado, se excedió en su atribuciones al firmar en 2009 un acuerdo de gas con Rusia que las actuales autoridades consideran oneroso para los intereses nacionales.
El Gobierno asegura que el cumplimiento de esos contratos supondría para el país la pérdida de 80.000 millones de dólares en sus diez años de vigencia.
Miles de partidarios de Timoshenko se congregaron hoy junto al tribunal que ha sido acordonado por centenares de efectivos antidisturbios que ya han procedido a detener a algunos manifestantes.
EFE