Estados Unidos declaró el jueves estar dispuesto a ayudar al activista chino de derechos cívicos Chen Guangcheng, quien anunció finalmente querer exiliarse porque no se sentía en seguridad en China.
La suerte del abogado autodidacto ciego, uno de los disidentes chinos más célebres y respetados, ha pesado sobre el "diálogo estratégico y económico" sino-estadounidense que se abrió en presencia de la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, durante la mañana.
Chen Guangcheng, acérrimo crítico de las esterilizaciones forzadas en Chinas y de las expropiaciones abusivas, abandonó el miércoles la embajada de Estados Unidos en la que se refugió durante seis días después de que China diera "garantías" sobre su seguridad si permanecía en su país.
Pero el jueves anunció a la AFP que cambió de opinión, aparentemente después de haberse reencontrado con su familia a la salida de la embajada: "no me siento seguro, quiero irme de China", declaró Chen.
"Quiero que Estados Unidos nos ayude, a mi familia y a mí. Antes me ayudó", dijo Chen, entrevistado por teléfono en el hospital de Pekín donde ingresó por una herida en el pie, después de salir de la sede diplomática estadounidense.
Chen se hirió saltando una pared cuando se escapó el 22 de abril de su casa, pese a la alta vigilancia, de Shandong (este), donde estaba en arresto domiciliario desde septiembre de 2010.
Estados Unidos está dispuesto a ayudar a Chen si ha cambiado de opinión y ahora quiere abandonar China, declaró este jueves un responsable estadounidense que pidió el anonimato.
Dicho responsable no quiso decir si Washington estaría dispuesto a concederle asilo político, y explicó que la posición del militante no estaba clara.
"Todavía no tenemos todos los elementos", declaró el responsable, agregando que Estados Unidos quiere saber "si su posición ha cambiado y lo que quiere".
Luego, "haremos lo posible por ayudarle".
El embajador estadounidense, Gary Locke, aseguró por su parte que Chen "nunca fue obligado" a abandonar la misión diplomática de Estados Unidos, después de que Pekín y Washington pactaran las condiciones de salida de Chen de la embajada concluido oportunamente la víspera del diálogo estratégico entre ambos países.
Organizaciones de derechos humanos pidieron conocer los detalles de la negociación entre los dos países sobre la suerte de Chen.
"Estaba contento con la idea de salir de la embajada, tenía ganas", aseguró Locke a los periodistas.
Chen había indicado a sus amigos que no deseaba exiliarse a Estados Unidos porque prefería seguir con su combate por las libertades dentro de China.
Abandonó la embajada por amenazas de represalias contra su familia, que hubiera sido trasladada a su provincia de Shandong (este) si el activista hubiera seguido en la misión, según sus allegados.
En una entrevista a la CNN el miércoles por la noche, el militante explicó que tras su evasión, su esposa fue atada a una silla durante dos días por la policía de Shandong y amenazada con ser matada a golpes.
En la apertura de los dos días de conversaciones del "diálogo", Hillary Clinton declaró, sin mencionar el nombre de Chen Guangcheng, que todos los gobiernos "deben responder a las aspiraciones de sus ciudadanos a la dignidad y al estado de derecho". La víspera había declarado que Washington garantizaría el respecto de las garantías prometidas por Pekín sobre la seguridad de Chen.
El presidente chino Hu Jintao respondió llamando a los dos primeras potencias económicas mundiales a cooperar, y advirtió que cualquier deterioro de sus relaciones supondría riesgos "graves" para el planeta.
En el área económica, el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, llamó a China a seguir con la reevaluación del yuan frente al dólar, habitualmente tema de contencioso bilateral.
Estados Unidos y China debían aprovechar también el diálogo para abordar los grandes temas internacionales: Siria, programas nucleares iraníes y norcoreanos y el conflicto entre Sudán y Sudán del Sur.
Clinton también celebró el apoyo de China a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada el miércoles por la noche, que pide a Sudán y a Sudán del Sur a poner fin a las hostilidades en 48 horas, so pena de sanciones.
AFP