El River Plate, el equipo que más Ligas argentinas ha ganado (33), jugará la promoción para dirimir si baja al Nacional B (Segunda División) por primera vez en su historia. Su presente contrasta con el pasado. Ayer, en la última jornada del campeonato, ante un estadio Monumental lleno, perdió 1-2 frente al Lanús y acabó entre los cuatro clubes con el peor promedio de puntos de las últimas tres temporadas, que son las que cuentan en Argentina para definir descensos y promociones.
La crisis de los millonarios no es sólo futbolística. El club del barrio porteño de Núñez, uno de los dos más populares junto al Boca Juniors, es el más endeudado de este país. El equipo que ha ganado dos Copas Libertadores de América, una Intercontinental y en el que han brillado Alfredo Di Stéfano, Mario Kempes, Claudio Caniggia y Gonzalo Higuaín debe 36,3 millones de euros y este año ha retrasado la paga de la nómina a sus jugadores.
El anterior presidente del River, José María Aguilar, dejó el club "en coma cuatro", según su sucesor, Daniel Passarella, campeón mundial en 1978 y 1986. Además, Aguilar entregó en 2009 un club en el que las barras bravas se disputaban el control de las tribunas, la reventa de entradas y el negocio del párking.
El River había tenido un 2008 de contrastes bajo la conducción técnica de Diego Simeone. En la primera mitad del año, las gallinas habían ganado su última, pero en la segunda acabó en el último puesto de un torneo que aún cuenta en el promedio de puntos. Desde entonces, ningún entrenador pudo sacar al River de la mediocridad: ni Néstor Gorosito, ni Leonardo Astrada, ni Ángel Cappa. Tampoco Juan José López evitó la promoción. El portero Juan Pablo Carrizo (ex Zaragoza) cometió en el torneo errores que acabaron en goles, el veterano Matías Almeyda (exjugador del Sevilla) no pudo revertir el mezquino juego de un equipo con tradición de fútbol ofensivo, mientras que Mariano Pavone (ex del Betis) tampoco fue el goleador que se esperaba.
Los hinchas del River estaban confiados de que iban a sortear la promoción, inspirados quizá en la historia, pero el presente pesó más. El Lanús abrió el marcador en el primer tiempo con un tanto de Silvio Romero, y al iniciarse la segunda etapa, Erik Lamela, un canterano de 19 años, empató el encuentro, pero los demás ataques del River resultaron infructuosos. En el final del partido, Leandro Díaz marcó la victoria del granate y el desastre de los millonarios.
El River, el Boca y el Independiente son los únicos equipos argentinos que hasta ahora nunca han bajado de categoría. Los de Núñez deberán revalidar sus laureles en dos partidos la próxima semana ante el Belgrano, de Córdoba. Con empatar la serie, le bastará para mantenerse en Primera División. El Gimnasia y el Huracán jugarán un partido desempate para definir cuál jugará la promoción y cuál bajará junto al Quilmes.
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