Decenas de miles de egipcios abarrotan en estos momentos la plaza Tahrir de El Cairo para exigir a la Junta Militar que dirige Egipto que deje inmediatamente el poder y lo entregue a una autoridad civil.
Según pudo constatar Efe, pese al boicot del mayor grupo de la oposición, los Hermanos Musulmanes, decenas de miles se congregan en Tahrir en una de las manifestaciones más multitudinarias de los últimos meses y aún siguen llegando cientos de personas al lugar.
Sin la violencia de los días previos, Tahrir ha retomado hoy el ambiente festivo que caracterizó las protestas que llevaron a la caída del presidente Hosni Mubarak el pasado 11 de febrero.
Las familias y los niños han regresado a la plaza, lo que ha contribuido a cambiar su fisonomía respecto a los últimos días, cuando se registraron violentos enfrentamientos que causaron 38 muertos y que cesaron ayer.
Puestos ambulantes de pipas, patatas o boniatos recorren la plaza entremezclados con las consignas que piden "libertad, libertad" o "el pueblo quiere que caiga el mariscal" (Husein Tantaui, jefe de la Junta Militar).
La joven Rasha Abuleneim, una de las mujeres -que han acudido a Tahrir en mayor cantidad que en los días anteriores-, dijo a Efe que el pueblo egipcio está "continuando lo que iniciamos el 25 de enero".
Respecto al recién nombrado primer ministro Kamal al Gaznuri, que fue encargado hoy por la Junta Militar para encabezar un nuevo gobierno de unidad nacional, Abuleneim consideró que ese nombramiento "tenía sentido hace diez meses, pero ahora la gente no quiere eso".
"¿Cuántas manifestaciones, cuántos muertos y heridos más debe haber para que se atiendan nuestras demandas? No importa si es hoy o mañana, la Junta tiene que dejar el poder", remató Abuleneim.
Otro manifestante, Ahmed Refat, opinó que los generales "no dejarán el poder tan fácilmente", y apostó personalmente por el premio nobel de la Paz Mohamed el Baradei, como futuro líder de un gobierno de salvación nacional.
Precisamente El Baradei hizo hoy un fugaz acto de presencia en Tahrir, al acudir para unirse a los rezos del viernes.
En un comunicado de su oficina, el candidato presidencial señaló que asistió a la oración para "rezar por las almas de los mártires", pero justificó su rápida marcha en que "no estaba allí para hacer campaña electoral". EFE