Snapchat y la moda de las «apps» para el «Inspector Gadget»
En el fondo, la privacidad interesa a los usuarios. Aunque ahí estáWhatsApp, con sus fallos pero con 430 millones de usuarios en todo el mundo que echan por tierra esta teoría, hay personas que quieren comunicarse de una forma confidencial. La moda llegó con Snapchat, que permite enviar mensajes de texto con caducidad. «Este mensaje se autodestruirá en cinco segundos», vendría a decir el servicio, como si se tratase de un capítulo del célebre «Inspector Gadget», aquella serie de animación de los años ochenta que interpretaba un detective torpe pero cargado de recursos tecnológicos.
Este servicio ha calado hondo entre los usuarios. La modalidad fugaz ha enganchado. Es una de las «apps» con mayor crecimiento del año, convirtiéndose en la sexta del ranking de mayores descargas en al App Store. Se calcula que sus usuarios envían más de 350 millones de imágenes cada mes, cuando solo seis meses antes, en junio de 2013, las cifras rondaban los 200 millones de fotografías. Su perfil es, principalmente, jóvenes y adolescentes que sienten una creciente emoción de trasladar sus cotilleos sin miedo a que permanezcan en ningún lugar.
Su impacto ha sido tal que Facebook se fijó en esta «startup» californiana y ofreció la nada despreciable suma de 3.000 millones de dólares, supuestamente rechazada, razón no obstante por la que la red social de Mark Zuckerberg se apresuró a lanzar un servicio llamadoPoke, cuyo manejo es similar: mandar mensajes de duración limitada (1, 3, 5 y 10 segundos).
Sí, el uso de estos servicios puede resultar un tanto trivial y banal. El peligro reside en la posibilidad de convertirse en una herramienta para el hábito bautizado como «sexting», anglicismo para referirse al envío de contenidos eróticos o pornográficos por medio de dispositivos móviles, una tendencia cada vez mayor y de difícil detección.
Recientemente se lanzó Confide para seguir los pasos de Snapchat. El servicio, disponible para la plataforma iOS (Apple), ofrece un servicio de mensajería «off the record», pero a diferencia del modelo anterior, para poder leer el contenido hay que deslizar el dedo sobre una zona subrayada para descifrar el mensaje.
En un mundo donde no paran de salir a la luz conversaciones personales, noticias de espionaje y demás violaciones a la privacidad, cada vez hay más plataformas para tratar de eliminar los mensajes una vez consultados. Estos no son solo los únicos ejemplos. Clipchat es «una nueva manera de compartir momentos de intimidad con sus seguidores». Disponible para iOS y Android, se trata de una «app» que combina dos modelos, Twitter y Snapchat. Captura hasta 5 segundos en vídeo y los publica a los seguidores.
Poniendo el foco en la privacidad, Wickr garantiza que las conversaciones no dejan rastro. Esta aplicación de mensajería instantánea gratis y disponible para iOS y Android, permite enviar mensajes cifrados y, al igual que las anteriores, configurarla de tal manera para que se destruyan de forma automática, además de borrar los metadatos y asegurando su incapacidad total de recuperarlos una vez borrados.
Algo parecido es lo que ofrece Squawk. «Los mensajes autodestructivo no solo son necesarios para los agentes secretos», dice la compañía. Mediante esta aplicación, disponible para iOS y Android, se puede controlar qué mensajes se quedan «ahí para siempre» y los que se quedan «solo por un momento». En los chats aparece un simpático icono de una bomba para advertir de que el contenido abierto se autodestruirá. «Todos tenemos cosas que queremos compartir y no queremos dejarlo escrito siempre», asegura esta compañía, cuya actividad ha cesado en los últimos meses pero que la «app» continúa en las tiendas virtuales.
Hash es otra de esas aplicaciones de mensajería privadas. Creada por la compañía panameña Innovative Venture, una vez que se abre un mensaje se dispone de hasta siete segundos para leer el mensajes antes de que se autodestruya. No almacena ningún historial de los mismos para que pueda comunicarse libremente sin preocuparse de que la conversación será usada en su contra en el futuro. Su estética recuerdaa la de la popular WhatsApp y está disponible para las dos principales plataformas. De estética similar se encuentra TigerText, creada en Santa Mónica, que también garantiza que los historiales se borran automáticamente y que el usuario puede seleccionar el tiempo de caducidad (disponible para iOS y Android).
Nacida en 2012 por exmiembros de los Navy Seals, Silent Circle se lanzó como una red privada, segura y cifrada para mantener conversaciones por un precio de 20 dólares mensuales. Un servicio a nivel casi militar. En esta búsqueda por lo privado, esta compañía se ha unido a la española Geeksphone para lanzar el Blackphone, un «smartphone» con la seguridad y la privacidad como prioridad. Aunque ya se ha anunciado su existencia, la presentación oficial se realizará en el Mobile World Congress de Barcelona, la principal feria del sector. La tendencia parece clara para estas «apps» que están poniendo de moda técnicas cercanas a los agentes secretos.ABC