Obsesionarse, el gran peligro
Younger comenzó finalmente un largo proceso de terapia y su alimentación se volvió más equilibrada al reintroducir los huevos, el pescado y el pollo. Es más, cambió de nombre en internet para convertirse en «La Rubia Equilibrada». No fue, sin embargo, una transición fácil, ya que se enfrentó a fuertes críticas e incluso amenazas de muerte de algunos de sus fans.
«Yo no controlaba la comida, ella me controlaba a mi», llegó a decir Carrie Armstrong –una presentadora de televisión de Newcastle– sobre la ortorexia. El doctor Bratman, quien no sólo acuñó el término, sino que también fue la primera víctima diagnosticada de ortorexia, apunta que el peligro viene cuando el hábito se convierte en obsesión.
«Llega un punto en que el ortoréxico dedica gran parte de su vida a la planificación, la compra, la preparación y el consumo de la comida», apunta el doctor. «Algunos enfermos comienzan por privarse de un conjunto de alimentos, como los productos de origen animal, pero con el tiempo su dieta se vuelve tan restrictiva que que acaban por desnutrirse».

Fuente: msn.es