El oeste de Libia era escenario este viernes de violentos combates entre rebeldes y fuerzas leales a Muamar Gadafi para asegurar el control de la frontera con Túnez y del aeropuerto de Misrata, después de intensos bombardeos nocturnos de la OTAN sobre Trípoli.
Desde las 07H30 (05H30 GMT) de este viernes, se escucharon violentas explosiones en torno al aeropuerto de Misrata, situado a dos kilómetros al suroeste de esta ciudad en manos de los insurgentes, según periodistas de la AFP.
Hacia las 09H00 (07H00 GMT), comenzó un enfrentamiento con armas automáticas.
Desde que las fuerzas pro Gadafi fueron expulsadas el lunes de Misrata, la gran ciudad costera a 200 kilómetros al este de Trípoli, los combates prosiguen en los suburbios de la ciudad.
Aprovechando su ventaja, los rebeldes tratan de hacer retroceder a los pro Gadafi aún más lejos.
El punto estratégico sigue siendo la zona del aeropuerto, controlado por los leales a Gadafi. En las otras salidas, las fuerzas regulares se replegaron de 20 a 30 km, según los rebeldes que los hostigan, apoyados por los ataques de la OTAN.
"Atacamos para defendernos mejor", explicó el jefe militar local de los rebeldes, Ibrahim Bet Almal. Sin embargo, "Gadafi envía cada día refuerzos a la región", afirmó.
Según la Medialuna Roja, la violencia en Misrata ha dejado en dos meses unos 1.500 muertos, habitantes e insurgentes. Según el fiscal local, más de 500 personas fueron secuestradas en esta ciudad por las fuerzas pro Gadafi, y se desconoce su paradero.
Siempre en el oeste, el puesto fronterizo de Dehiba, en el límite con Túnez, conquistado por los rebeldes el 21 de abril y recuperado el jueves en la tarde por las fuerzas gubernamentales, cayó de nuevo en manos de los rebeldes en la noche.
Los combates fueron violentos, y varias ambulancias llegaron de Túnez para evacuar a los heridos, según testigos.
En la tarde hubo enfrentamientos "a ambos lados de la frontera" con Túnez, según varios testigos y una fuente militar occidental. Algunos rebeldes que pasaron de lado tunecino fueron perseguidos por las fuerzas de Gadafi "durante más o menos un kilómetro".
En la noche, Túnez denunció una "violación de la integridad territorial tunecina" por parte de Libia, y una "peligrosa escalada militar".
En la noche, hacia las 23H00 (21H00 GMT), la capital Trípoli fue sacudida por al menos cinco explosiones, después del paso de aviones de la OTAN, según un periodista de la AFP y testigos, que dijeron haber visto columnas de humo elevarse del bario de Ain Zara, objetivo regular de los ataques aéreos.
En el este, las fuerzas gubernamentales tomaron el control de Al Kufra, ciudad del desierto a 600 km al sureste de Bengasi, según la rebelión.
El jueves en la noche, Estados Unidos destacó que la coalición internacional, acusada por algunos países de sobrepasar el mandato de la ONU, estaba confrontada a un adversario atípico, afirmando por ejemplo que el régimen del coronel Gadafi distribuía viagra a sus soldados para que violen a las mujeres.
El jueves, el jefe militar de los rebeldes, Abdel Fattah Yunes, había llamado a Occidente a entregarles armas, afirmando que Gadafi podría utilizar "armas químicas" contra los insurgentes para mantenerse en el poder.
"Hemos recibido armas en pequeñas cantidades pero no las armas adecuadas que necesitamos", como helicópteros Apache y misiles antitanques, agregó.
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