¿Sabía que la manzanilla en altas dosis es vomitiva, pero si se diluye en dosis homeopáticas sirve para curar vómitos? Es que según Martha Villar, directora nacional de medicina complementaria de Essalud, el principio fundamental de la homeopatía es: lo similar cura lo similar.
En cambio, Villar explicó que la medicina alopática o convencional se basa en el principio de los contrarios, es decir: si tengo una inflamación debo usar un antiinflamatorio y si tengo una hipertensión debo usar un antihipertensivo.
La medicina alopática busca curar los síntomas, mientras que la homeopatía va hacia la causa de la enfermedad. “Para un médico convencional un dolor de cabeza responde a un estado de estrés. En cambio, un médico homeópata tendrá que ver la personalidad del paciente, las circunstancias que lo rodean, sus emociones y sentimientos, etcétera”, refirió Villar.
La homeopatía se ubica dentro de la medicina energética o vibracional y es aquella que utiliza el manejo de la energía para lograr un efecto en el organismo. Es una rama de la medicina alternativa que tiene más de 300 años de existencia.
Esta ciencia, explica Villar, utiliza pequeñas cantidades de sustancias que provienen de plantas, minerales o animales, las que se diluyen al infinitesimal, haciendo que las moléculas choquen unas con otras, se rompan y que el agua pueda absorber la energía de la sustancia.
Entre las principales ventajas de la homeopatía, la especialista explicó que no es tan agresiva como la medicina alopática, no tiene muchos efectos adversos, es de muy bajo costo y se puede utilizar en niños sin problemas.
Sin embargo, dijo que no se pueden realizar estudios para investigar los medicamentos porque son únicos para cada paciente, es una rama difícil de estudiar por los muchos tipos de medicamentos homeopáticos que existen, sostiene.
Villar recomendó la homeopatía especialmente para personas que padecen de enfermedades autoinmunes como alergias, asma o problemas crónicos, así como para personas con ansiedad o depresión.
Finalmente, informó que el 24 de setiembre se inicia la diplomatura de terapias alternativas de la Universidad Mayor de San Marcos, la cual está dirigida a profesionales de la salud, como médicos, enfermeras, psicólogos, fisioterapeutas, tecnólogos médicos y nutricionistas.
En cambio, Villar explicó que la medicina alopática o convencional se basa en el principio de los contrarios, es decir: si tengo una inflamación debo usar un antiinflamatorio y si tengo una hipertensión debo usar un antihipertensivo.
La medicina alopática busca curar los síntomas, mientras que la homeopatía va hacia la causa de la enfermedad. “Para un médico convencional un dolor de cabeza responde a un estado de estrés. En cambio, un médico homeópata tendrá que ver la personalidad del paciente, las circunstancias que lo rodean, sus emociones y sentimientos, etcétera”, refirió Villar.
La homeopatía se ubica dentro de la medicina energética o vibracional y es aquella que utiliza el manejo de la energía para lograr un efecto en el organismo. Es una rama de la medicina alternativa que tiene más de 300 años de existencia.
Esta ciencia, explica Villar, utiliza pequeñas cantidades de sustancias que provienen de plantas, minerales o animales, las que se diluyen al infinitesimal, haciendo que las moléculas choquen unas con otras, se rompan y que el agua pueda absorber la energía de la sustancia.
Entre las principales ventajas de la homeopatía, la especialista explicó que no es tan agresiva como la medicina alopática, no tiene muchos efectos adversos, es de muy bajo costo y se puede utilizar en niños sin problemas.
Sin embargo, dijo que no se pueden realizar estudios para investigar los medicamentos porque son únicos para cada paciente, es una rama difícil de estudiar por los muchos tipos de medicamentos homeopáticos que existen, sostiene.
Villar recomendó la homeopatía especialmente para personas que padecen de enfermedades autoinmunes como alergias, asma o problemas crónicos, así como para personas con ansiedad o depresión.
Finalmente, informó que el 24 de setiembre se inicia la diplomatura de terapias alternativas de la Universidad Mayor de San Marcos, la cual está dirigida a profesionales de la salud, como médicos, enfermeras, psicólogos, fisioterapeutas, tecnólogos médicos y nutricionistas.