(AP) — La CIA trabajó en estrecho contacto con los servicios de inteligencia de Moamar Gadafi en el envío de sospechosos de terrorismo a Libia para su interrogatorio, según documentos que vio el sábado The Associated Press, cooperación que podría provocar tensiones entre Washington y los nuevos gobernantes libios.
La CIA fue uno de los servicios de inteligencia extranjeros que colaboraron con las agencias libias, según documentos hallados en el edificio de una agencia de seguridad libia en Trípoli.
Anteriormente habían aflorado versiones de dicha cooperación, pero los documentos suministran nuevos detalles sobre los vínculos entre naciones occidentales y el régimen de Gadafi. Muchos de esos mismos países respaldaron los ataques de la OTAN que contribuyeron a que los rebeldes libios desalojaran del poder a Gadafi.
Un caso notorio es el de Abdel-Hakim Belhaj, comandante de las fuerzas rebeldes que ahora controlan Trípoli. Belhaj fue líder del Grupo de Lucha Islámico Libio, un grupo miliciano ahora disuelto asociado a al-Qaida. Belhaj dijo haber sido torturado por agentes de la CIA en una prisión secreta y después enviado de regreso a Libia.
Dos documentos de marzo del 2004 parecen ser correspondencia estadounidense a funcionarios libios para arreglar la entrega de Belhaj.
Refiriéndose a su alias, Abdulá al-Sadiq, los documentos dicen que sería trasladado desde Kuala Lumpur, Malasia, a Libia, y pide que lo acompañen agentes del gobierno libio.
También solicita acceso estadounidense a al-Sadiq “una vez que esté en la custodia de ustedes”.
“Por favor tengan en cuenta que debemos garantizar que al-Sadiq será tratado humanamente y que se respetarán sus derechos humanos”, dice el documento.
Peter Bouckaert, de Human Rights Watch, que halló los documentos, calificó los vínculos entre el gobierno de George W. Bush y el régimen de Gadafi como “un capítulo muy oscuro en la historia de la inteligencia estadounidense, y sigue siendo una mancha en los antecedentes de los servicios de inteligencia estadounidenses que hayan cooperado con esos servicios de inteligencia tan abusivos”.
En Washington, la portavoz de la CIA Jennifer Youngblood se negó a comentar el sábado toda denuncia específica relacionada con los documentos.